|
|
Papeleras en
Argentina
- Brasil
- Uruguay
Eso es precisamente lo que habría ocurrido en la zona del Golfo de Arauco, según lo denunciado por los pescadores, quienes han detectado una considerable disminución de los recursos que extraen en algunos casos y, en otros, simplemente su desaparición. Los dardos apuntan directamente a la planta Horcones de Celulosa Arauco, en operaciones desde 1971, cuando aún no existía el sistema de evaluación de impacto ambiental. Entre otros antecedentes, entregaron al tribunal datos sobre los derrames ocurridos el 22 y 23 de agosto y el 14 de octubre del año pasado, que causaron fuerte impacto incluso hasta Lota, donde varias personas debieron ser atendidas en el hospital local con síntomas de intoxicación. Esto a raíz del derrame de trementina. Precisamente tras ese hecho, los mariscadores de la zona empezaron a detectar impactos negativos en los recursos que habitualmente extraen. La acción fue patrocinada por el abogado Raúl Romero, quien después solicitó a la Fiscalía Regional la designación de un fiscal especial que indague el tema. Así, el caso quedó en manos del fiscal Mauricio Lártiga, quien todavía investiga la situación. Lo último que se supo es que está esperando unos informes especializados que solicitó para decidir si continúa con las indagaciones o archiva la investigación. Osciel Bustos, presidente del sindicato de pescadores independientes de Laraquete ha sostenido que es la contaminación que afecta a las aguas del golfo de Arauco la que ha matado a las especies. “El marisco se perdió y otros recursos también y ahora tenemos que salir a pescar a la Isla Santa María, pero la gente de allá no nos quiere”. Sin embargo, un estudio evacuado por el Centro Eula de la Universidad de Concepción solicitado por la empresa, aseguró que lo ocurrido con los recursos pesqueros no tiene relación con la contaminación y se debió, más bien, al ingreso de aguas bajas en oxígeno, algo que los pescadores rebatieron, ya que el daño se produjo en la zona donde el emisario de la planta descarga sus riles al mar. El dirigente contó que hace cinco años, cuando empezó a operar el ducto, las condiciones ambientales empeoraron. “Antes, cuando botaban a la playa, las olas revolvían la contaminación y ésta quedaba en la arena. Ahora, los desechos se esparcen hacia la caleta y en el fondo marino ya no hay vida”, relató. Ante esta experiencia, cree que algo similar puede ocurrir con el ducto que celulosa Nueva Aldea está construyendo para descargar en la zona de la desembocadura del río Itata, otra zona altamente productiva de la región. En el intertanto, ellos siguen esperando que la investigación del fiscal Lártiga llegue a algún resultado. Por Tribuna del Bio Bio Concepción, 26 de febrero de 2006.- |