No todo lo que brilla es oro. Esta parece ser la expresión más acuñada entre los detractores de la puesta en marcha del proyecto Pascua Lama, en la zona cordillerana de la comuna de Alto del Carmen, Provincia de Huasco, en la III Región de Atacama, que pretende llevar a cabo la transnacional canadiense Barrick Gold Corporation.

Como se señaló tan claramente en un artículo de éste portal, tiempo atrás, dicha minera extranjera, tiene entre sus planes, remover los glaciares El Toro 1, 2 y Esperanza en la cabecera de los ríos Tránsito y El Carmen, en lo alto del Valle del Huasco y trasladarlos al glaciar Guanaco de mayor extensión, lo cuál como científico y ecologista me parece una aberración, y fundamentalmente por una razón, pues ningún ecosistema natural en Chile y en el mundo, será lo que fue originalmente, después de ser intervenido artificialmente por el hombre, y éste caso no es la excepción. Por lo tanto, ningún especialista o ambientalista puede avalar un proyecto de éste tipo. No obstante, de éstas palabras, se puede inferir que soy una persona contraria al progreso económico y al desarrollo de los pueblos, sin embargo, se equivocan.

Mi vocación y la de varios otros connotados expertos por el desarrollo sustentable, se fundamenta en el desarrollo económico de las comunidades, como las de Alto del Carmen, pero respetándose el medio ambiente circundante. En éste sentido, los proyectos como el de Pascua Lama, serán importantes, tanto desde el punto de vista del impacto económico como social, en la medida en que los ecosistemas prístinos, como el de los glaciares que se quieren intervenir, sean objeto de un estudio serio y validado en forma científica, donde la mirada ecológica de muchos hombres y mujeres inteligentes y con sentido común, se imponga sobre la visión economicista y cortoplacista de unos pocos descerebrados.