TRIUNFO CIUDADANO: INDUSTRIALES DESTRUYEN "SALMÓN CON MALAQUITA"
  • El Centro Ecoceanos valoró la acción de los industriales calificándola como de “responsable y acorde con el respeto a los consumidores chilenos y extranjeros” y llamó a avanzar a la creación de una comisión investigadora en el Parlamento, cuestión en la que coinciden las organizaciones ciudadanas.

Puerto Montt, 09 de noviembre de 2004. (Ecoceanos News)— Luego de una incesante presión ciudadana nacional e internacional y de la evaluación de riesgos para la imagen de “país exportador de alimentos” por parte de analistas de la industria acuícola y del gobierno, la compañía Procint, responsable del cargamento de salmón contaminado con verde de malaquita que en agosto fue devuelto por autoridades sanitarias holandesas, se vio obligada a destruir estos cuestionados productos.

Los diferentes organismos ciudadanos solicitan ahora que se conforme cuanto antes una comisión investigadora en la Cámara de Diputados para que esclarezca las razones que generaron este caso e investigue el uso indiscriminado y sin control de otras sustancias usadas por la industria salmonera como antibióticos y pinturas antifouling.

La destrucción del cargamento fue informada a Ecoceanos News por el Director del Servicio de Salud de la Décima Región Sur (Llanchipal), Yuri Carvajal, quien afirmó que “ayer se destruyeron las 22 toneladas de salmón con malaquita y fueron depositadas en un vertedero industrial de Puerto Montt. Un inspector del servicio actuó cómo ministro de fe, redactó un acta y tiene imágenes del proceso”.

“Fue una decisión de la empresa Procint Ltda., quien nos solicitó la destrucción y fuimos testigos que se destruyera efectivamente el conteiner que habíamos sellado, cuando ingreso al país luego de ser rechazado por las autoridades holandesas”, expresó Carvajal.

El director de Llanchipal señaló que lo deja “tranquilo lo determinado por la empresa, porque se cumple lo que nosotros dijimos: que el producto no podía ser comercializado en el mercado nacional. Dado que el producto se destruyó ya no nos preocupa quien es la empresa responsable (de la producción) de la carga. Usualmente el Servicio de Salud decomisa miles de productos y no informa, es decisión de la empresa si lo hace público”.

El cargamento de 22 mil kilos de salmón fue inspeccionado en agosto por autoridades sanitarias de la Unión Europea en el Puerto de Rotterdam, donde se detectó trazas de verde de malaquita en niveles superiores a los permitidos por Holanda. Luego, este container fue devuelto a sus propietarios quienes lo trasladaron a Puerto Montt donde autoridades de salud y pesqueras estamparan sellos diferenciadores.

ES NECESARIO QUE DIPUTADOS INVESTIGUEN

Para Juan Carlos Cárdenas Director ejecutivo del Centro Ecoceanos la destrucción de este salmón contaminado es una “buena señal de responsabilidad de parte de la industria hacia los consumidores de Chile y del extranjero y está acorde con los esfuerzos de amplios sectores ciudadanos, organizaciones de consumidores, pescadores, trabajadores, académicos, algunas empresas y oficinas públicas por aumentar los estándares sanitarios, ambientales y laborales en las compañías que cultivan salmón en el sur de Chile”.

El director de Ecoceanos afirmó también que “es necesario conocer todos los detalles y razones causantes de esta detención de salmón con malaquita y por tanto la conformación de una Comisión investigadora en el Parlamento es de vital importancia para informar acerca de las causas de esta situación y analizar la utilización de otros compuestos químicos y tóxicos que se usan en forma indiscriminada o sin control por la industria salmonera, como son pinturas antifouling y antibióticos”.

Por su parte el Doctor Andrei Tchernitchin, presidente de la comisión de Salud y Medio Ambiente del Colegio Médico celebró la medida, pero advirtió a Ecoceanos News que “es muy importante seguir adelante con la idea de conformar una comisión investigadora en la Cámara de Diputados porque si en algún momento pasa desapercibido por la prensa y por las organizaciones e instituciones que presionaron para que este producto fuese destruido, simplemente se reexporte, cómo ha ocurrido en otras ocasiones, (esto ira) en detrimento de la salud de los consumidores y en desprestigio de nuestro país”.

Tchernitchin declaró “que le parece reprochable por motivos sanitarios y éticos que desde nuestro país se intenten exportar productos a naciones en las cuales su legislación no establece restricciones o no cuenten con la tecnología adecuada para detectar presencia de compuestos tóxicos y nocivos para la salud”.

“Con ello deseamos sentar un precedente de la necesidad de acoger la proposición del Consejo de Desarrollo Sustentable de Chile en la Cumbre de Johannesburgo 2002, sugerida por el Colegio Médico de Chile, en el sentido de crear acuerdos bilaterales o internacionales que prohíban por motivos éticos la exportación de productos prohibidos en los países de origen por su toxicidad y riesgo para la salud de la población”, afirmó el especialista.

CONSUMIDORES VALORAN ALIANZAS

Por su parte la Organización de Consumidores y Usuarios (Odecu) a través de su departamento de prensa afirmó que "a pesar de los intentos por re exportar este producto, su destrucción demostró que la acción conjunta de ambientalistas y consumidores de distintos países, juega un rol importante en la defensa del derecho a un consumo seguro e informado, más aun cuando estos derechos no están plenamente asegurados en las legislaciones de nuestros países".

"Creemos que este triunfo ciudadano debe generar la voluntad suficiente en el parlamento, para que una comisión investigadora estudie, analice e informe acerca de qué estamos comiendo realmente los chilenos, ya que si una producción de salmón fue rechazada en un país con altos estándares de protección al consumidor, tenemos la legítima duda que en nuestro país estamos consumiendo producciones que pueden atentar contra la inocuidad alimentaria”. ­­

Juan Trimboli de Conmsumers International señaló a Ecocéanos News que “este hecho en esencia es un triunfo de la ciudadanía de extraordinaria relevancia. Esto, demuestra una vez más que la acción de la sociedad civil es determinante. Que todos los avances que podamos ir obteniendo en materia de responsabilidad social de las empresas se basa en tener una ciudadanía activa, conciente, que demande y que abra los necesarios espacios de diálogos con el Estado y el mundo empresarial para obtener resultados cómo estos”.

Ver también: Malaquita, el fantasma verde de los industriales del salmón (pdf - 62 Kb)