Santiago, 02 de julio de 2004

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OLCA presenta libro sobre Tratado Minero entre Chile y Argentina

En el marco de la discusión nacional ante el cuestionado Royalty a la minería, fue presentado el pasado viernes 02 de julio el libro El exilio del cóndor: Hegemonía transnacional en la frontera la primera publicación del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales OLCA en lo que va de este año.

La investigación, encomendada a los profesionales Julián Alcayaga, César Padilla y Diego Luna, nos entrega una singular visión del Tratado Minero entre Chile y Argentina, ilustrado desde una experiencia concreta de una comunidad que le ha tocado vivir su aplicación, la comunidad del valle del Huasco Alto. El libro, aborda en detalle los orígenes de este tratado, así como los daños provocados a la economía y la minería chilenas y los defectos en su aplicación. Del mismo modo, entrega las experiencias de los habitantes de la comuna de Alto del Carmen, localidad con una clara vocación agrícola y un potencial turístico notablemente desaprovechado y que hoy se encuentra a las puertas de la implementación de mega proyectos mineros, alejándose así de un modelo de desarrollo que permita dar sostenibilidad a sus comunidades.

La presentación de este trabajo, se realizó el pasado viernes 02 de julio en el Museo Benjamín Vicuña Mackenna y estuvo a cargo del economista del Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo CENDA, Manuel Riesco, quien destacó el enfoque otorgado a esta publicación. Se trata de un enfoque que combina los aspectos propiamente legales y económicos con los aspectos ambientales, de impacto social que este tipo de proyectos tiene, señaló el profesional.

En su intervención, Riesco subrayó que el libro recoge el tema del Tratado Minero entre Chile y Argentina, (suscrito por ambos países en diciembre del año 2000) de una manera muy adecuada, poniendo énfasis en la influencia que adquieren en las decisiones soberanas, aquellos poderes que son ajenos al control democrático del país, situación que -según el economista- debe llevarnos a una preocupación especial.

Riesco recordó que solo tras 10 años de democracia este tema pasó a ser objeto de un análisis más detenido y en el cual el Gobierno, abrigó algún tipo de apertura a la discusión, proceso durante el cual la impresión inicial era que el Gobierno en esta materia descansaba su opinión en la opinión de los asesores, los cuales trabajaban para empresas extranjeras. En esta discusión, todas las instituciones de Gobierno que intervinieron en ese momento, no negaron todas las cuestiones que hoy día todo el mundo acepta en Chile, como por ejemplo la necesidad de cobrar un royalty como una manera de que el o los propietarios de una empresa minera reciban un pago por lo que es de él y no lo esté regalando.