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Fuente: www.lanovena.cl - 28 de Marzo de 2005

Organización santiaguina denominada ''Coordinación por la defensa del Santuario Río Cruces''
Exigen Salida del Director de Conaf en Santiago

Encadenados al edificio de CONAF y con un cementerio de cisnes en pleno paseo Bulnes, la Coordinación por la Defensa del Santuario del río Cruces (organización de Santiago de Chile), exigió esta mañana al director nacional de CONAF, Carlos Weber, que explique a la ciudadanía por qué aún no se ha pedido la ayuda internacional necesaria para salvar y recuperar el Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter, en el río Cruces, provincia de Valdivia.

Representantes de la Coordinación, compuesta por Greenpeace; Oceana; el Observatorio de Conflictos Ambientales; la Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas de América Latina (RAP-AL); y ciudadanos independientes, explicaron que Chile suscribió el año 1981 la Convención Ramsar, acuerdo internacional para proteger los humedales como reserva de vida y que cuenta ya con más de mil 400 zonas inscritas alrededor del mundo.

Ante la presión de la acción, Directivos de CONAF recibieron a los voceros de la Coordinación, una vez iniciada la acción. La reunión dejó muy en claro el menguado rol de la Conaf en proteger el Santuario de la Naturaleza Carlos Andwanter. De igual forma, se hizo ver al Director (S) de dicha Corporaciópn la necesidad de que el Santuario se incorpore en elistado de Montreaux, instrumento que permitiría la alfuencia de recursos para que este ecosiistema comience su procesode recoomposición. Para hoy en la tarde o mañana por la mañana se espera un pronunciamiento de la Conaf, sobre la posición que tomará respecto la demanda de incluir el Santuario listado de Montreaux efectuada por la organizaciones de la Sociedad Civil, presentes en la reunión.

"El sentido de esta acción es exigir a las autoridades responsabilidad en el ejercicio de sus funciones. No es comprensible que el gobierno deseche los instrumentos disponibles en la legislación internacional, y se niegue a incorporar este Santuario de la Naturaleza en el listado de Montreaux, lo cual permitiría contar con una voz independiente", señaló Gonzalo Villarino, director Ejecutivo de Greenpeace.

Marcel Claude, director ejecutivo de Oceana, explicó que "ya existen pruebas contundentes de que esta tragedia es de responsabilidad humana, que es el único requisito para solicitar la asistencia internacional de Ramsar. Este silencio sólo se explica por ser un año de elecciones, con lo que al Gobierno no le conviene reconocer el desastre del Santuario".

Los manifestantes en tanto, hicieron un nuevo llamado al director de CONAF, para que hiciera de una vez por todas su trabajo o bien diera un paso al lado, para evitar que el daño al santuario continúe agravándose.

"Es inaceptable que los niños, la gente, los animales, las especies silvestres que habitan en la cercanía o en un sitio que debiera estar protegido sean quienes paguen con su salud y calidad de vida por la incapacidad y negligencia de las autoridades para actuar preventivamente y una vez provocado el daño, sobre todo considerando las pésimas prácticas ambientales de empresas como Celulosa Arauco. Peor aún es que las autoridades de gobierno y jefes de servicio, como Carlos Weber, manipulen a la opinión pública, ocultando, tergiversando o retrasando información, lo que le ha permitido quedarse de brazos cruzados ante esta emergencia", declaró María Elena Rozas Coordinadora regional de RAP-AL.

Al firmar el tratado de Ramsar, el Gobierno chileno se comprometió a cuidar y proteger estos ecosistemas, e incluso a solicitar colaboración y asistencia en caso de ser necesario. Para ello existe el llamado Registro de Montreaux, un listado con aquellos humedales que han sido afectados por la acción destructiva del hombre, como el Santuario del Río Cruces.

Para acceder a este registro se requiere una solicitud formal del Gobierno, petición que en el caso de Chile debe surgir a partir la Corporación Nacional Forestal, CONAF. Sin embargo, su director nacional, hasta el momento se ha negado a iniciar esta tramitación, presumiblemente por las implicancias políticas que tendría reconocer el daño causado al delicado humedal valdiviano.

Esta decisión se suma a una serie de desaciertos de la máxima autoridad forestal de nuestro país, quien incluso intentó ocultar la muerte de los cisnes diciendo que había aumentado su población (El Diario Austral de Valdivia, 17 diciembre 2004). Finalmente, la propia CONAF debió desmentir a su jefe al reconocer que de los 6 mil cisnes de un año normal, hoy quedan 289.

La negligencia de CONAF para prevenir y denunciar este desastre se suma a la lentitud con que las autoridades han abordado un problema que le ha costado al país uno de sus ecosistemas más hermosos y diversos, vulnerando de paso el floreciente turismo ecológico de la zona.

(Extracto del portal www.greenpeace.cl)