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Fuente: www.lanacion.cl (12/06/05)

Lo que Angelini no gastó
LA INVERSIÓN EN TECNOLOGÍA QUE PUDO EVITAR EL DESASTRE EN VALDIVIA
Casi 100 millones de dólares cuesta el proceso de producción limpia que pudo salvar a Celulosa Arauco del cierre de su planta. El escándalo, la renuncia de sus ejecutivos estrella y la baja de las acciones de Copec se agregan al deterioro en imagen internacional de la compañía. Con menos del 10% de lo invertido no habría crisis ni cisnes muertos.
Erick Bellido
La Nación


El descalabro medioambiental en el río Cruces y el santuario Carlos Anwandter de Valdivia se pudo evitar. Existía la opción de levantar una planta de celulosa con el mínimo de impacto ambiental. Sin embargo, el grupo de Anacleto Angelini optó por que Celulosa Arauco y Constitución (Celco) se ahorrara una danza de millones de dólares, para no atrasar más la entrada en operaciones de la planta en febrero de 2004. Pero el apuro de Celco al cabo de un mes le pasó la cuenta, tras la acusación de los vecinos de fuertes hedores. Cinco meses después afloraría una nueva denuncia, esta vez de parte de grupos ambientalistas, sindicando a la empresa como la responsable de la muerte de centenares de cisnes de cuello negro en la zona.

La explicación brindada por la Universidad Austral de Valdivia a la Comisión Nacional del Medio Ambiente (Conama) -el 19 de abril pasado- fue atribuida a la liberación de residuos industriales líquidos al estuario, los cuales contenían presencia de metales pesados (cobre, plomo y aluminio), sólidos suspendidos inorgánicos, desechos químicos persistentes del tipo AOX (dioxinas), además de una serie de químicos como sulfatos, dióxido de cloro, cloratos y sodio, entre otros.

ERROR DE CÁLCULO

La habilitación de la planta de Celco en Valdivia demandó una inversión total que bordeó los 1.200 millones de dólares. Sin embargo, la empresa no incluyó en el presupuesto el costo de tecnología ajustada a las normativas internacionales de precaución ambiental.

Claudia Sepúlveda, experta en conflictos ambientales, del movimiento Acción por los Cisnes, sostiene que el costo de operar el tratamiento terciario de los riles de la planta fue el gran ahorro de Celco. “Con ello, la empresa evitó un desembolso tres o cuatro veces más alto, al habilitar tratamientos del tipo primario o secundario”, dice.

Tras reiteradas denuncias civiles y la sanción de la Corema de los Lagos a principios de 2004, la compañía desembolsó seis millones de dólares fuera de lo presupuestado para instalar un filtro de gases mercaptano, el cual está diseñado para eliminar la emanación de olores. A ello se suman los gastos por multas, un sinnúmero de acciones judiciales, daño de imagen corporativa y, más recientemente, la reducción del 20% de su producción anual exigida por la Corema X Región, y las pérdidas, estimadas en un millón de dólares diarios después del cierre decidido por la propia Celulosa Arauco.

Según los voceros de las ONG ambientalistas Océana, OLCA y Greenpeace, el gran pecado de la aludida empresa fue, entre otras cosas, haberse evitado un gasto cercano a los 100 millones de dólares en tecnologías limpias.

Y es que desde principios de este siglo las principales industrias forestales y de celulosa del mundo han optado por introducir tecnologías limpias para mitigar a su mínima expresión los residuos tóxicos y peligrosos en ríos y mares. Así, por ejemplo, la planta de celulosa emplazada en el sector de Torrelavega, España, perteneciente al Grupo Sniace, tras contaminar por largo tiempo un río, recientemente comenzó a eliminar el cloro de su producción de celulosa, con el fin de introducir tecnologías no contaminantes en el proceso de elaboración de dicho material. El cambio de procedimiento permitió aminorar notablemente los vertidos que se hacían al río y que no eran reciclados, dejando a un lado el sistema de blanqueo de la celulosa sobre la base de cloro y otros materiales contaminantes, a cambio de un proceso de inyección de agua para aprovechar su oxígeno y ozono.

Una técnica exitosa pero de elevado costo de implementación -cercano a los 26 millones de dólares- que a Celco hoy quizá no le parecería tan caro.