Fuente: mapuexpress.net, 22 de Mayo de 2006
Nuevas fallas en proyecto de Aguas Araucanía: COREMA rechazó el Estudio de Impacto Ambiental

Por Manuel Gross
Acción por el Toltén

Un nuevo retraso en su proyecto de construir una planta de tratamiento de aguas servidas de tipo químico en Villarrica (Sector Putúe, comunidad Pedro Ancalef) ha sufrido la empresa Aguas Araucanía. En reciente Resolución la COREMA de la Novena Región rechazó el Estudio de Impacto Ambiental que se le había exigido a la empresa sanitaria mediante una sentencia de la Corte Suprema que simultáneamente dejó nula la anterior Declaración de Impacto Ambiental.

Efectivamente, por Resolución Nº 103/06 firmada por la Directora Regional de CONAMA Jovanka Pino en su calidad de Secretaria de la Comisión Regional del Medio Ambiente, se dictaminó "No admitir a trámite el Estudio de Impacto Ambiental del Proyecto 'Sistema de Tratamiento de Aguas Servidas de Villarrica' presentado por la Empresa Aguas Araucanía S.A."

Entre las principales causantes del rechazo están la insuficiencia de antecedentes para evaluar los permisos ambientales, la ambigüedad en la identificación de las obras a construir, carencia del mecanismo de consultas ciudadanas y ausencia de medidas de mitigación , reparación o compensación de los daños al medio ambiente que provocarán los contaminantes generados por la planta.

Desde mayo de 2005, diversas organizaciones sociales, la comunidad mapuche de Putúe, grupos ambientalistas y personas preocupadas del desarrollo sustentable, se han opuesto tenazmente a la construcción de la planta de tratamiento, tanto por considerar que su emplazamiento afecta a las comunidades indígenas, como por la tecnología anticuada basada en tratamientos químicos que dañarán la flora y fauna del río Toltén, además de producir grandes cantidades de lodos de alta toxicidad que todavía carecen de un plan de manejo.

De acuerdo a las declaraciones de diversos académicos y especialistas en tratamiento de aguas, para preservar el medio ambiente, que es el capital que poseen las comunas ribereñas para asegurar su desarrollo futuro, lo que debe construirse es una planta del tipo "biológico de lodos activados" que no contamina al río ni genera residuos tóxicos.
En el área donde funcionó la planta de cloro algunas muestras de tierra presentaron 10 mil miligramos del metal por kilo, muy superior a la norma de referencia que permite un máximo de 50 miligramos por kilo en áreas de uso industrial.