El cielo limpio en el día y cientos de constelaciones estelares, nítidas y en contraste con la noche, cubren el cielo del Valle de Elqui. Mientras más se asciende, más se estrecha el cerco montañoso, en medio de tierras fructíferas, colmadas de viñas y el caminar cansino de sus habitantes.
Paihuano, Montegrande, Pisco Elqui y, a un costado, Cochiguaz son parte de los caseríos que conforman una belleza especial, a ratos sobrecogedora y difícil de abarcar. De ahí que muchos han quedado prendados del lugar.
Belleza.- Vista de la laguna El Cepo, en plena cordillera, durante la época estival. En las cercanías la minera Teck tiene sus exploraciones y, desde ahí, sacó agua ilegalmente.
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Comunidades esotéricas, pacifistas y budistas, por nombrar algunas, se han asentado aquí debido a sus propiedades espirituales. También familias que han decidido dejar el ruido de la ciudad por el sonido de sus ríos.
Pero un enigma mayor y con fuerte resistencia ha llegado hasta las tierras donde nació la poetisa y Premio Nobel, Gabriela Mistral. Algunos murmuran y otros hablan más fuerte sobre la llegada de compañías mineras gigantescas en una competencia de tintes épicos por encontrar oro y cobre.
El temor sobre la contaminación ambiental y el fin de las aguas de los ríos, cunde sin llegar a espantar aún. La información con que cuentan los vecinos y lugareños es precaria, ya que a la fecha sólo una empresa ha mostrado escuetamente sus intenciones a la Municipalidad de Paihuano. Esto ocurrió recién este año.
La compañía minera canadiense aludida se llama Teck Cominco y está avaluada en más de 7 billones de dólares. Pertenece a las 10 mayores productoras de cobre a nivel mundial y es la segunda en tamaño de su país, después de la célebre
Barrick Gold Corporation, que ha causado una enorme polémica con su proyecto Pascua Lama en el Valle del Huasco, en la Tercera Región.
LND viajó al Valle de Elqui, al sector de Cochiguaz, cercano a los trabajos de la empresa minera para conocer la opinión de los vecinos y los lugareños. También conversamos con la gente de Teck Cominco en Santiago. Al parecer la minera llegó para quedarse.
EL DESEMBARCO
En 2007 Teck Cominco volvió a adquirir dos minas que originalmente habían sido de su propiedad y de pasada volvió a las grandes ligas nacionales: Quebrada Blanca en la Región de Antofagasta y Carmen de Andacollo en la de Coquimbo, ambas parte de la denominada Gran Minería.
Luego de varios intentos por comunicarnos con ellos, incluida una breve conversación con el gerente general de exploraciones, el canadiense Josef Ruetz, nos derivaron al vicepresidente de Asuntos Legales y Corporativos, Andrés Verdugo.
La rutilante oficina corporativa, ubicada en el piso 24 del Edificio Millenium en Vitacura, da una impresión del tamaño de la compañía. Verdugo, sin embargo, nos recibe con polera y pantalón de gabardina -"smart casual"- como dicen los norteamericanos.
De entrada nos aclara que Teck es la empresa con mayor número de exploraciones en Chile y que en la actualidad está invirtiendo cerca de 400 millones de dólares en uno de sus proyectos mineros.
También que le encanta el Valle de Elqui. "Hay gente de la comunidad con intereses esotéricos o similares. Es muy loable y entendible. Yo también he visitado el lugar y la verdad me gusta mucho", expresa.
Sobre los rumores de trabajos mineros de su compañía en la zona, reconoce que, a partir de 2006, comenzaron las exploraciones en el valle de Ingahuaz, ubicado en la cordillera de los Andes, cerca de la frontera con Argentina y donde nace uno de los afluentes del río Cochiguaz (ver infografía).
Teck hizo un camino de 40 kms. que comienza en la carretera internacional hacia el país vecino. Desde ahí se desvía hacia los cerros y acaba en un campamento donde han construido siete plataformas de sondaje que taladran el piso en busca de minerales.
Consultado por el resultado de los trabajos, Verdugo señala que es "información reservada, aunque la zona donde estamos haciendo los trabajos es de alto interés para nosotros".
De eso no cabe duda, hace unas semanas, la empresa cambió la denominación de los suelos donde desarrolla las faenas desde concesión de exploración a explotación. Según Verdugo, en absoluto esto significa que se vaya a comenzar una fase de explotación.
"En Chile las concesiones de exploración duran dos años. Pasado el período o la pasas a concesión de explotación o debes entregarla de vuelta para que otro pueda explorar. El cambio tiene que ver con el fin del plazo", advierte.
Pero en el valle de Cochiguaz, muchos vecinos y comuneros acusan que la empresa no ha actuado de manera transparente.
PARAÍSO PELEADO
Para llegar a Cochiguaz hay que desviarse 13 km desde el camino central que une Vicuña con Paihuano, Montegrande y Pisco Elqui. Es un caserío ubicado en las postrimerías de la civilización que mezcla estilosas construcciones, propiedad de los afuerinos, e inmuebles más humildes.
Sólo poseen luz eléctrica, pero no red telefónica ni agua potable. La mayoría de ellos tampoco la quiere, la reciben directo desde el río Cochiguaz. Imposible más pura.
Víctor Canihuante es hijo de uno de los diez comuneros dueños de los terrenos agrícolas y superficiales, donde Teck tiene sus propiedades mineras subterráneas.
En 2006 su padre junto a los otros nueve dueños todos pobladores originarios firmaron un contrato con la minera, permitiéndoles "el paso de servidumbre" que, en la práctica significa un arriendo de los terrenos para las exploraciones y sondajes.
"Los canadienses me contactaron a través de una prima. Ahí un señor de la empresa me habló de los proyectos mineros en general, diciendo que no eran tan malos y me mostró el lado bueno. Dijo que su empresa siempre prefería llegar a los lugares por las buenas", cuenta. Según recuerda, los abogados que contrataron para asesorarse les señalaron que "por las malas, significa que la minera te demanda".
La disposición de los comuneros con Teck ha generado molestia en los vecinos "afuerinos" debido a que consideran que abrieron el camino a las mineras. En una reunión de la Junta de Vecinos de Cochiguaz, celebrada el sábado 6 de diciembre, LND estuvo con ellos.
Luis Correa, un pequeño empresario agrícola del lugar, considera que los vecinos tienen poco que hacer. "Una posibilidad es conformar una ONG que regule la contaminación para que la empresa invierta en este punto. Pero no podremos sacarla", concluye.
Sentado unos metros más allá, Jean-Louis Warnier, un francés casado con la ex bailarina del Teatro Municipal Ximena Hernández, agrega una cuota más de incertidumbre: "Acá existe disparidad de criterios debido a que muchos, no sólo los comuneros, tienen intereses económicos diversos".
El abogado y presidente de la Fiscalía de Medio Ambiente, Fernando Dougnac, quien representa a los diez comuneros, reconoce que desde el punto de vista legal es poco lo que se puede hacer.
"La Ley de Propiedad Minera se impone sobre la propiedad superficial de terrenos agrícolas como éste. En caso de una controversia, lo más probable es que un juez determine una expropiación y un monto a pagar. Chile está definido como un país minero y esto es algo que viene desde la época de la Colonia", concluye.
Como epílogo de las diferencias vecinales, la secretaria de la junta de vecinos, Susana Álvarez, considera que deben pasar por encima las disputas "sea a través de agrupación vecinal o de la creación de una ONG. La única forma de oponer una resistencia real es superar las diferencias", dice.
AGUA EN PELIGRO
A la reunión de la junta de vecinos no asistió ni un comunero. Sin embargo, Marcela Maluenda, esposa de uno de ellos, llegó acompañada de un notebook donde tiene una foto que muestra a un camión aljibe sacando agua del estero El Cepo, afluente del río Cochiguaz, donde Teck realiza sus trabajos mineros.
Según el contrato de uso de servidumbres está prohibido, y la empresa debe llevar su propia agua hasta la cordillera.
Consultado por la extracción de agua ilegal, el vicepresidente de Teck, Andrés Verdugo, admitió la falta. "Fue un error, iniciamos la investigación y luego se sancionó. Se sacó agua desde una pequeña laguna donde no estaba autorizado. Nunca hemos desconocido ese tema y no sé por qué se hizo".
Dentro de la misma región, la empresa suma otro problema luego de que anunciara que en 2009 aumentará su producción de cobre en un 70% en la mina Carmen de Andacollo. Para hacerlo, necesitará incrementar fuertemente el consumo de agua.
Según el Estudio de Impacto Ambiental realizado, a esos niveles de explotación en el mediano plazo la cuenca Culebrón, donde predomina la explotación agrícola de pequeños y medianos agricultores, sufrirá una baja ostensible que puede afectar las plantaciones.
El director general de Aguas (DGA) Nacional, Rodrigo Weisner, señaló a LND que, efectivamente Teck hizo dos solicitudes nuevas de captación de aguas en el sector de Culebrón, las que generaron "sendas oposiciones de los agricultores y usuarios del sector".
Agrega que si bien, las peticiones hídricas de la minera están en regla "el artículo 62 del Código de Aguas establece que, si la explotación de aguas subterráneas por algunos usuarios ocasionara perjuicios a los otros titulares de derechos, la DGA podrá establecer la reducción temporal del ejercicio de esos derechos de aprovechamiento".
Según explica Verdugo, el proyecto de Teck se llevará a cabo sí o sí. "Nosotros tenemos derechos sobre esas aguas y ya hemos invertido cerca de 200 millones de dólares en el proyecto", dice
Para agregarle una cuota mayor de sospechas sobre el procedimiento de Teck respecto del medio ambiente, se encuentra un escandaloso caso ocurrido en Estados Unidos y en el que la minera fue condenada a pagar 20 millones de dólares para realizar un estudio del daño ambiental causado.
El caso se originó en 2003 luego de que una comunidad indígena interpusiera una acción judicial por la contaminación del río Columbia en el estado de Washington. Los dardos apuntaban hacia una planta refinadora propiedad de Teck, ubicada en Canadá que vertía sus desechos tóxicos sobre ese río que llega a Estados Unidos.
Luego de una larga investigación de las autoridades medioambientales, se determinó que la contaminación se efectuó sistemáticamente por cerca de 90 años y el caso fue fallado contra Teck en 2006. Si bien la minera apeló ante la Corte Suprema, en enero de 2008 el máximo tribunal se negó a oír la causa manteniendo el fallo de primera instancia que la obliga a pagar por el estudio.
También podría desembolsar sumas millonarias por la limpieza del río e indemnizaciones a cada uno de los ciudadanos afectados.
PACIENCIA JAPONESA
En la filial nacional de Teck, dicen desconocer el escándalo ocurrido en Estados Unidos, pero reafirman que su compromiso medioambiental es tan real como que no van a abandonar su proyecto Yanira Milena en las cercanías de Cochiguaz.
"Hoy el precio del cobre no es el mejor y es posible que debamos disminuir algo nuestras inversiones. Pero no nos vamos a desvincular de la zona. Es un lugar de mucho interés no sólo para nosotros", sostiene Verdugo deslizando la duda sobre quiénes más tienen intenciones de explotar el Valle de Elqui.
Por datos de los propios vecinos nos informamos que casi a la misma altura de Yanira Milena, pero unos kilómetros al norte trabajan japoneses. La zona descrita corresponde al nacimiento del río Elqui, cerca de Alcohuaz.
Rosa, una vecina del sector nos confirma que es cierto y que, hace un par de años, su marido, que es arriero, acompañó por primera vez a un grupo de orientales hacia el final de la cordillera. "Estuvieron cerca de dos meses arriba, buscando quizás qué cosa", cuenta ella.
Luego de hacer las averiguaciones correspondientes, nos encontramos con Pan Pacific Copper, una inmensa compañía compuesta por la unión de Nipón Minning y la Mitsui Corporation. En sus oficinas, ubicadas en el Edificio de la Industria a una cuadra de las de Teck, nos recibe el gerente de exploraciones, Hernán Correa.
Con amabilidad aclara que el holding se especializa, por un lado, en la explotación de petróleo y, por otro, en la minería. "Sólo la Nipon Minning anualmente produce cuatro veces más que Codelco", concluye.
Consultado sobre sus propiedades en el Valle de Elqui, confirma que se trata de una superficie de unos 24 km cuadrados ubicada en un sector que ellos llaman Alto del Carmen, casi en la frontera con Argentina y que coincide con el nacimiento del río Elqui.
"En ese terreno específico, hemos hecho la geología de superficie y nos ha arrojado que sí es atractivo dar un segundo paso en la exploración", cuenta Correa.
A diferencia de Teck, que dice buscar cobre, su gerente aclara que la compañía japonesa se encuentra en la búsqueda de oro.
Según Correa, cerca de 20 años atrás, un geólogo británico descubrió que en toda esa zona y hasta la Región de Atacama, existe una franja de yacimientos de oro muy cercanos a la superficie. A pesar de ello, Correa lo toma con paciencia.
"Hacer algo cercano al río Elqui debe ser uno de los conflictos potenciales mayores que existe en Chile. Por ese motivo lo hemos tomado con mucha calma. Queremos ver los resultados de otras compañías y cómo se levanta la ola de desórdenes", adelanta.
Correa agrega que, por la concepción cultural de la empresa que representa, "el daño a la naturaleza es algo imperdonable. Pero es posible conjugar las dos cosas. En este momento estamos encargando estudios previos para medir aspectos como el valor arqueológico y la posible resistencia de la comunidad. Una vez que se establezcan los posibles daños, veremos si es factible repararlos. Sólo entonces decidiremos si es que vamos a invertir grandes sumas. El medio ambiente nos interesa mucho", recalca.
Fernando Dougnac, en cambio, considera que este es el clásico discurso para morigerar el impacto real que tienen las mineras. "Es la mentira más grande del siglo. Es cosa que vaya a darse una vuelta por las minas abandonadas y vea si ellos se llevan los relaves. El daño que causan es enorme e irreparable", asegura.
TENUE UNIÓN
Si bien la Pan Pacific Copper manifestó su intención de avanzar en los trabajos en el Valle de Elqui, es Teck, la que ha dado los pasos concretos. Recién en enero de este año la empresa acudió a la Municipalidad de Paihuano para mostrar el proyecto ante el concejo.
El alcalde PPD, Lorenzo Torres, aclara que éste ha sido el único acercamiento con la minera. "Este tipo de actividades nos causa cuidado, sobre todo en el sector de Cochiguaz, que es uno de los más naturales y silvestres que tenemos en la comuna. Es sabido que la actividad minera, siempre causa un grado de deterioro medio ambiental con sus faenas", advierte Torres.
Al igual que algunos vecinos, él apunta parte de sus dados a los comuneros que arrendaron el paso de servidumbres a Teck. "La comunidad se ha mostrado muy preocupada por esta situación y eso lo han hecho ver, pero sin embargo también existen vecinos que son dueños de los terrenos y le han dado "el pase" a esta empresa, a través de sus tierras y recursos naturales", asegura.
Pese a que la Junta de Vecinos de Cochiguaz está dividida, su presidenta, Verónica Centonzio, ha avanzado desde la Unión Vecinal, que reúne a once agrupaciones de Paihuano.
"El trabajo que debemos hacer es crear conciencia. Es lento e incluye educación, pero el mismo problema de la minera Teck ha hecho que formemos una mesa medioambiental que se ha reunido con las autoridades de la Corema en tres ocasiones este año", cuenta.
El viernes 12, la Unión Vecinal se reunió en Santiago con el diputado PS por la zona, Marcelo Díaz, quien se mostró preocupado por el proyecto que desconocía totalmente. Planteó tres medidas inmediatas.
"Primero ejerceré mi función fiscalizadora, pidiendo un oficio para que la Corema entregue todos los antecedentes del caso. Segundo, solicitaré a la Conama un viaje inspectivo con los vecinos y, finalmente, se solicitará formalmente una reunión con la ministra de Medio Ambiente, Ana Lya Uriarte", dijo a los vecinos.
Habrá que esperar para ver el real avance de las mineras en una de los sectores más preciados del país, la efectiva o no oposición de la comunidad y si la legislación medioambiental puede actuar contra la minería.
Por ahora, los vecinos están expectantes en espera de que Teck los sorprenda con el inicio de la explotación de sus propiedades en la cordillera, que podría cambiar para siempre la tranquilidad del valle.