Proyecto Minero Pascua Lama

Fuente: Radio Nederland 05/06/07

Sed de Oro
Se aviva el debate ambiental por la explotación de oro

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Luisa López

El cono sur vive un sorprendente resurgimiento de la actividad minera. El tema preocupa a organizaciones nacionales e internacionales y también a la ciudadanía, que se debate entre los efectos ambientales que generan las explotaciones intensivas a cielo abierto en plena cordillera de los Andes, y las esperanzas de desarrollo y empleo que siempre vienen de la mano de las empresas multinacionales.

garimpeiros240.jpgA las puertas de la Embajada Canadiense en santiago de Chile, decenas de asistentes protestan por las "monstruosidades" ambientales que según ellos, comete una de las más grandes firmas mineras de ese país y del mundo: la Barrick Gold. Mientras tanto a miles de kilómetros de distancia frente a la sede de la multinacional en Montreal, Canadá, otros tantos, intentan sabotear su asamblea anual. Actos de este tipo se repitieron a comienzos de mayo, en varios países donde la empresa tiene explotaciones, como parte de una jornada internacional de protesta y rechazo a las actividades desarrolladas por este gigante de la minería.

El debate alrededor de la minería a cielo abierto no es en realidad nuevo. Durante años grupos ambientalistas en América Latina han dado la pelea contra una tecnología, que según los expertos, tiene un enorme costo ambiental para los países en los que se implementa, frente a los insignificantes beneficios económicos que se quedan en las regiones que albergan los yacimientos. Sus aliados, defienden la generación de empleo y desarrollo que acompaña estas millonarias inversiones extranjeras.

Uno de los sitios en los que el debate se ha avivado de manera importante es en el Cono Sur. En plena cordillera de los Andes, en la frontera entre Chile y Argentina, en los últimos años, se han duplicado los proyectos mineros de este tipo. La explotación de oro y plata se ha visto alentada por los altos precios en los mercados internacionales de los metales preciosos y también, según los críticos, por legislaciones abiertamente pro-explotación, especialmente en Chile, un país con un largo historial minero.

No todo lo que brilla es oro
El proyecto Pascua Lama, emprendido hace ya 7 años por la multinacional canadiense Barrica Gold, ha despertado el rechazo de comunidades, especialistas y ambientalistas del mundo entero. La mina, una explotación a cielo abierto, ubicada entre los 4 mil 500 y los 5 mil trescientos metros sobre el nivel del mar, abarca una zona de influencia de unos 300 kilómetros en plena frontera entre Chile y Argentina. Por su altura el proyecto Pascua Lama esta ubicado en una zona hidrográfica, especialmente importante.

La mayor polémica surge alrededor de 3 glaciares: Toro I, Toro II y Esperanza. En un comienzo la empresa propuso trasladarlos, algo que fue rechazado por las autoridades ambientales chilenas. Hoy la empresa Barrick Gold asegura, a través de un documento difundido en Internet, que la explotación no afectará de ninguna manera la vida de los glaciares, ni tampoco la estabilidad ambiental de la zona.

No obstante el director del Observatorio de conflictos ambientales OLCA, Lucio Cuenca, citando como fuente a la Dirección General de Aguas de Chile, asegura que los glaciares ya han sido parcialmente destruidos. Los ambientalistas acusan a la multinacional canadiense de ser la responsable de esta destrucción como consecuencia de los trabajos de adecuación, requeridos para la operación del proyecto. La empresa se defiende, achacando el daño al Calentamiento global.

Plácido Ávila de La Corporación Nacional de Medio Ambiente CONAMA, entidad encargada de los permisos para este tipo de proyectos en Chile, ni confirma, ni desmiente este hecho pero si admite que todas las fases de exploración de los proyectos mineros no requieren de permiso ambiental, con lo cual es muy difícil hacer seguimiento y evaluación de los impactos generados por estas actividades.

Unificación en lo legal, disparidad en lo ambiental
El proyecto Pascua Lama y muchos otros proyectos se están desarrollado bajo el amparo del Tratado entre Argentina y Chile sobre Integración y Complementación Minera firmado en 1997. Este convenio fue alcanzado luego de años de diferendos geo-políticos que impidieron proyectos conjuntos entre los dos países.

Ahora superados los reparos políticos y legales, cabe preguntarse si los dos gobiernos son conscientes de lo que significa a nivel ambiental, abrir de par en par, la puerta a las empresas mineras nacionales e internacionales para la explotación de sus recursos naturales.

Más allá de las consideraciones de tipo político, lo que se desprende de las declaraciones del funcionario de la autoridad ambiental chilena Plácido Avila, en lo que se refiere a la cuestión ambiental, es que cada quien responde por los impactos causados en su país, así estos hayan sido generados por un proyecto que comparte un único ecosistema.

"Frente al procesamiento de cianuro, por ejemplo, indispensable para la extracción de oro a cielo abierto, todo el transporte de esta sustancia se va a hacer en una planta que va estar en Argentina. Por consiguiente todos los residuos industriales se van a concentrar de ese lado de la frontera. "advierte el representante del CONAMA y agrega" Por lo tanto los impactos derivados desde Chile no los vamos a sufrir y por ello no los hemos evaluado. En el caso del recurso hídrico es lo mismo. El 80, 90 % del agua que el proyecto va a requerir está del lado argentino. En Chile solo están las nacientes de los ríos y por ello nosotros solo evaluamos y controlamos los impactos de una parte muy pequeña del proyecto".

El despertar ambiental
Pero no solo Pascua Lama ha movilizado a diversos sectores de la sociedad en la defensa de sus derechos ambientales. En Argentina, en donde hay en la actualidad presupuestados cerca de 300 proyectos mineros, cada vez más son las voces que protestan contra estos megaproyectos.

Uno de los más sonados en las últimas semanas ha sido el de la Provincia de La Rioja, en donde la comunidad ha protagonizado un sin número de protestas que han llegado hasta el cierre de carreteras. Los vecinos alegan que la explotación con cianuro contaminará sus recursos hídricos en un valle tradicionalmente agrícola. La presión ha sido tal que hace un par de semanas la empresa Barrica Gold anunció que abandonaba el proyecto.

Para Daniel Tallet, director del Centro de Derechos Humanos y Ambiente CEDHA de Argentina, este despertar ambiental del sur del continente, obedece en gran medida a que hoy, a través del Internet, cualquier ciudadano del planeta sabe donde esta parado ambientalmente hablando: "El acceso a información actualizada sobre cualquier tipo de problemática, sumado a los procesos de democratización está creando lo que yo llamo: la democracia ambiental. Y luego, la expresión de ese pensamiento individual o colectivo se materializa en lo que hemos estado viendo, por ejemplo, con el caso de las papeleras en la frontera entre Argentina y Uruguay o con el tema de la explotación del oro entre Chile y Argentina".

En el caso de la explotación de oro con tecnologías que utilizan químicos como el cianuro o el mercurio, altamente tóxicos para la salud humana y para el medio ambiente, la discusión sigue girando entorno a como lograr que estas actividades se desarrollen sin afectar el entorno. Para los ambientalistas el principio de prevención debería imperar por encima de cualquier consideración. Para las autoridades como Plácido Avila, se trata de ejercer un estricto control para evitar cualquier daño.