PROBIOMA 12 de agosto de 2011

Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS)
Lo que no se hizo con referencia al TIPNIS y lo que ocurrirá si se deja que el Gobierno viole derechos, principios, leyes y normas

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Miguel Angel Crespo

En las últimas semanas, la opinión pública ha conocido acerca de la amenaza que se cierne contra el TIPNIS, por la construcción del tramo II de la Carretera Villa Tunari-San Ignacio de Moxos-Trinidad.

Todos los argumentos de los pueblos indígenas en contra de la construcción de dicha carretera son válidos, especialmente los referidos al derecho a decidir sobre su territorio.

Pero más allá de dichos argumentos, también están los que establece la Normativa Ambiental ( Ley 1333) el Reglamento General de la Gestión Ambiental y la propia Constitución Política del Estado (Articulo 352) , así como los Convenios Internacionales suscritos por el estado boliviano, como es el caso del Convenio 169 de la OIT y la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, refrendado en la Ley 3760, artículo 32.

Si las autoridades competentes del gobierno respetaran dicha normativa y conocieran acerca de las características que tiene la construcción de la carretera por esta región, deberían haber elaborado en primera instancia un Estudio Ambiental Estratégico.

Para obras de infraestructura o extracción de recursos naturales, que por su magnitud y por sus impactos indirectos pueden afectar extensas área a largo plazo, se precisa una evaluación ambiental más integral. El proyecto carretero, sumado al anuncio del gobierno de realizar prospecciones petroleras en el TIPNIS, hacen necesaria la realización de un estudio o Evaluación Ambiental Estratégica que permita analizar el impacto que tendrían estos y otros posibles proyectos en la región.

El EAE nos permitiría tener una mirada integral, que al margen de los proyectos aislados, ayude a tomar las decisiones más adecuadas para el desarrollo sostenible del país. El EAE determinará los impactos directos, indirectos y acumulativos, así como la relación que tendrá esta carretera en el ámbito económico, social, ambiental, productivo, etc. No nos olvidemos que al construir esta carretera, se dinamizará la actividad forestal, agrícola, ganadera, comercial, energética y asimismo la presión sobre la tierra por los cultivos de hoja de coca. Es decir, que esta carretera ejercerá presión sobre dicho territorio mediante diversas actividades económicas, afectando a la biodiversidad, al sistema hidrológico, los usos y costumbres de los pueblos, etc.

El bosque del TIPNIS secuestra 90 millones de toneladas de dióxido de carbono anualmente y es esa su gran contribución a regular el cambio climático en la región y el mundo. La deforestación de medio millón de árboles para la construcción de la carretera implicará que el TIPNIS dejará de secuestrar 20 millones de toneladas de dióxido de carbono, aspecto que incidirá fuertemente en acelerar los cambios climáticos en vastas regiones del país, generando mayores inundaciones y sequías, con serios impactos en otras actividades económicas (agricultura y ganadería). Es decir que, al defender el TIPNIS, los pueblos indígenas están evitando las consecuencias de los cambios climáticos en las actividades agropecuarias de otras regiones del país. En otras palabras, están contribuyendo a la seguridad y soberanía alimentaria, concepto tan manoseado por el actual gobierno y tan venido a menos producto de sus políticas inadecuadas que han llevado a la importación del 68% de los alimentos que consumimos los bolivianos.

¿Que podría ocurrir en caso de que el gobierno insista en construir el Tramo II? Solo basta mencionar como ejemplo, lo que ha ocurrido en el caso de la construcción del Gasoducto San Miguel - Cuiabá que partió en dos el Bosque Seco Chiquitano en el Departamento de Santa Cruz, en el año 1999, así como la construcción del Corredor Bioceánico Santa Cruz- Puerto Guijarro ( en actual proceso y que sí se construyó con el aval de la sociedad civil de la región) y que en el caso de éste último ha contado con un Estudio Ambiental Estratégico, con un Proceso de Consulta Pública oportuno, con un Comité de Participación y Consulta que tenía representantes de los financiadotes de la obra, las empresas constructoras, los municipios, los representantes de las organizaciones indígenas, campesinas, localidades afectadas, ONGs , Comités de Fiscalización, etc..Es decir, dicha instancia tenía la representación de la sociedad civil. Aun así se han generado impactos socioambientales y que seguramente, se darán en mayor magnitud en el TIPNIS, entre los que podríamos mencionar los siguientes:
  • Deforestación masiva de especies nativas