Boletín # 2 (julio del 2000) - Indice

EDITORIAL

Una de las noticias que ha estado el último tiempo permanentemente en los medios de comunicación es el "Tratado Minero entre Chile y Argentina"

Muchos han sido los elogios que ha recibido el tratado y mucho menos criticas o comentarios cuestionadores. Una cosa caracteriza a este tratado, al menos en Chile: la ciudadanía no sabe de que se trata, solo entiende que hay fuetes razones para impulsarlo.

Consideramos que existen al menos 370 razones para firmar el tratado. Los servicios de geología y minería de ambos países han identificado 370 depósitos de diversos minerales que hasta la fecha habían sido esquivos a las ambiciones de las empresas multinacionales por encontrarse en lugares fronterizos y cuya explotación, por lo mismo, se encontraba vedada a empresa alguna.

Sin duda los esfuerzos hechos por ambos países para lograr la elaboración y aprobación del tratado fueron muchos, sin embargo quienes realmente hicieron los esfuerzos en ambos lados de la cordillera fueron las multinacionales. Partiendo por las políticas tributarias de ambos países, que compiten por dar garantías a las inversiones extranjeras y teniendo en cuenta que los yacimientos son entregados a compañías que centran su interés en la rentabilidad, creemos que el resultado no demorará en ser evidente.

Con la expansión de esta doble frontera, la frontera minera y la geopolítica el resultado es la creación de un área "liberada" donde al parecer los que mandan son los que de allí se benefician, es decir las compañías mineras.

A pesar de todas las maravillas existen algunas pocas preocupaciones al respecto. Por un lado la protección de los recursos naturales frente a la avidez de las empresas transnacionales. Esta crítica ya se ha escuchado en relación a otros recursos naturales del país, tales como las especies marinas, recursos forestales maderables y no maderables del bosque nativo, los bosques de lenga del extremo sur, cuencas hidrográficas donde hoy se construyen represas, etc.

Sin embargo respecto de la minería las voces criticas no solo son opacadas por las triunfalistas, sino que son menos que las que defienden otros recursos. Tal vez por la lejanía de las faenas mineras enclavadas muchas veces en las altas montañas. Tal vez porque aun continúa resonando en nuestro inconsciente el "el cobre, sueldo de Chile".

Lo cierto es que el incremento de la actividad minera traerá consigo una serie de problemas ambientales que forman parte de nuestra preocupación: Aumento de transporte de sustancias peligrosas, aumento de generación energética por medio de combustibles fósiles, lo que lleva consigo agravar el conocido "efecto invernadero", desaparición de flora y fauna particularmente vulnerable, intervención de sistemas ecológicos frágiles, trabajo en altura con sus consecuentes efectos a la salud de los trabajadores, utilización de grandes cantidades de sustancias peligrosas, etc. En fin, un sinnúmero de impactos que no se dejan ver en la silenciosa discusión de un tema que se define entre pocos pero que afecta a muchos.

Ahora, con el tratado firmado y ratificado por los parlamentos, el ámbito de trabajo de quienes defienden el ambiente se amplía a la frontera con Argentina. Cabe preguntarse si las garantías ofrecidas a las multinacionales serán validas también para quienes conscientes de los riesgos de las actividades mineras en el momento en que estos quieran ejercer derechos ciudadanos de seguimiento a actividades con grandes impactos ambientales. ¿Será libre el acceso a ese nuevo territorio, para todos nosotros o habrá que poseer un documento especial para internarse en este "reino" dorado de la minería?

Para saberlo deberemos leer detenidamente el tratado a pesar que ya se encuentre aprobado.