OLCA en la Prensa: Revista Z - Enero 2005
Foro Social Chileno: En la boca del jaguar

Carlos Santos

Diferentes culturas nativas indoamericanas han tenido en el jaguar a un animal mítico, dinamizador de relaciones entre el mundo terreno y el divino. En nuestros tiempos, sin embargo, el emblemático animal ha sido utilizado por los nuevos sacerdotes de la religión del pensamiento único -que algunos llaman neoliberalismo- para describir el proceso económico de Chile, en similitud con la denominación utilizada para definir a los países asiáticos, los llamados "tigres". Lo cierto es que el jaguar latinoamericano se vio sacudido el pasado fin de semana por dos hechos sin precedentes: por un lado la realización de la cumbre presidencial de la APEC (Cooperación Económica Asia Pacífico) y por otro la mayor manifestación popular de los últimos 15 años -desde la transición democrática- convocada por el Foro Social Chileno, bajo el lema "Otro Mundo es posible; otro Chile también".

Nadie de la organización del Foro Social Chileno lo podía creer. La mañana del 19 de noviembre más de 50.000 personas -algunos hablan incluso de 70.000- respondieron a la convocatoria de una coordinación de organizaciones sociales que venía trabajando desde hacía no más de seis meses. Organizaciones éstas que no incluyen, por cierto, a ningún partido político, pero sí a un abanico de más de 200 organizaciones sociales de todo tipo.

Desde el año 1989, cuando finalmente por la vía de la expresión popular se derrotó al régimen de Pinochet, Chile -específicamente Santiago- no vivía una movilización como la que se dio en la apertura del Foro Social Chileno.

Ahora, ¿qué hizo que, en un país donde todo ha sido privatizado y que se propone como modelo exitoso del neoliberalismo, la gente saliera a la calle a plantear un rotundo "Basta!!" a la profundización del modelo y un rechazo explícito al símbolo máximo de ese modelo, el presidente norteamericano George Bush y su circo de la APEC?

Muchos plantearon que sin Bush y sin APEC la movilización no hubiera sido posible. Otros, como Sara Larraín, de Chile Sustentable -vocera de la organización del FSCH- manifestaron que la movilización convocada por el Foro fue una expresión cierta de que gran parte de los chilenos rechazan la aplicación de las medidas económicas neoliberales en su país, y que pretenden comenzar a construir alternativas al supuesto modelo único.

La hora de las alternativas

Y a pesar de las visiones más optimistas, el logro mayor del FSCH fue su marcha de apertura. Quizás para quienes ya hemos participado de unos cuantos foros sociales (en Chile es el primero que se realiza, en Uruguay llevamos tres) la estructura organizativa del Foro fue similar a sus instancias hermanas, como el propio Foro Social Mundial, los foros regionales y los propios foros nacionales.

La estructura de seminarios y actividades autogestionadas continúa contribuyendo menos a la construcción de alternativas que a la replicación de discursos que son válidos mientras encuentren nuevos auditorios.

Por ejemplo, las cuestiones relacionadas con la soberanía alimentaria y la construcción de un nuevo modelo de desarrollo rural parecen seguir siendo un patrimonio de las organizaciones del medio rural o campesinas.

Las actividades en que se analizó esta problemática estuvieron organizadas por organizaciones como la ANAMURI -la Asociación Nacional de Mujeres Rurales e Indígenas- y contaron con la participación de un importante número de delegados nacionales y aún internacionales -a través de la CLOC, la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo-.

Sin embargo, las organizaciones urbanas -sindicales, de consumidores, académicos- parecen en Chile seguir la constante de las organizaciones de este tipo en otras partes del continente: el problema de los alimentos es de quien los produce, parece ser el razonamiento, que confina a la soledad a los cuantiosos movimientos sociales rurales que reclaman una toma de decisiones soberana en relación con la alimentación que nos ha tocado, y que disputa el poder a las transnacionales que se lanzan sobre el mercado alimenticio.

La lucha ambientalista por otra parte parece ser otra de las luchas de vocación internacionalistas. Los diferentes espacios de discusión de "injusticias" ambientales -como los generados por el OLCA, Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales- tuvieron una clara vocación regionalista y americanista, dando mayor espacio aún a experiencias de resistencia relacionadas a lo ambiental registradas fuera de Chile, que a las que propiamente se han producido en la nación trasandina.

Otros espacios, como el de las organizaciones indígenas -específicamente el de las organizaciones mapuches, nucleadas en el Foro Social Mapuche- da la pauta de las distancias que existen entre los espacios generados por los movimientos indígenas en Chile con los procesos producidos en otros países como Bolivia y Ecuador. Lo cierto es que la lógica privatista ha atravesado todos los niveles de la sociedad chilena, y el indígena no se ha visto excluido de este proceso perverso.

El Foro de las mujeres

Y sin duda lo que más llamó la atención a todos los asistentes extranjeros al FSCH fue la activa participación y compromiso de las mujeres en la vida social chilena. Desde la marcha inaugural, hasta la estructura del evento y la composición del "público" asistente al Foro, las mujeres tuvieron un rol protagónico.

Incluso el único espacio de talleres, debate y feria realizado en paralelo a los dos centros de talleres permanentes fue la denominada "Carpa de las mujeres". Allí diferentes organizaciones de inspiración feminista montaron un espacio para la discusión del trabajo de género en Chile, así como la presentación de casos y alternativas para mejorar la condición de las mujeres en la sociedad.

El sábado 20 se realizó un taller internacional sobre mujeres y derechos humanos en diversos países del continente. El capítulo chileno estuvo a cargo de una emotiva representación de reconstrucción de la memoria asociada a la violación de los derechos humanos durante la dictadura militar. Allí se leyó y representó la carta de una ex presa política chilena a su ex compañera de prisión, muerta bajo la tortura del régimen.

Este espacio sirvió al mismo tiempo para un intenso intercambio de experiencias generacionales y territoriales diferentes, que sin duda contribuirán al fortalecimiento del trabajo en las organizaciones chilenas de mujeres, que desde un país privatizado y -supuestamente 'desmovilizado' hasta el viernes 19- apuestan a "amujerar" la vida.

Sin duda que el debate central al que se enfrenta la sociedad chilena -y específicamente las organizaciones que convocaron al FSCH- es el de "capitalizar" la capacidad de convocatoria en clave política, o realmente construir alternativas al modelo hegemónico impuesto en Chile, "socializando" la experiencia vivida en Santiago y apostando a la construcción de alternativas serias al proceso privatista y corporativista que el país ha vivido como el oscuro legado del pinochetismo.

Por Carlos Santos, integrante de REDES-Amigos de la Tierra Uruguay