OLCA en la Prensa: La Nación, Santiago de Chile - Domingo 21 de noviembre de 2004
Grupo Angelini en la mira por desastre ecológico en Valdivia :
Empresa de cuello negro
Los cisnes del río Cruces se están muriendo. Las causas aún se investigan, pero los ambientalistas ya tienen un responsable: la planta Celulosa Arauco, por la descarga de residuos industriales. Pese a que la Conama ha sancionado a la empresa, se la acusa de hacer la vista gorda por el peso político y económico de Angelini.
  Anacleto Angelini
Anacleto Angelini, una de las mayores fortunas de Chile.
Carla Alonso
La Nación

Algo huele mal en la ciudad del Calle Calle. Los cisnes de cuello negro mueren misteriosamente. La planta más importante de la zona, Celulosa Arauco, deposita sus residuos industriales en el río Cruces, que desemboca en el santuario Carlos Anwandter: un lugar protegido por la Convención Internacional de Ramsar. La población está impaciente. Los ecologistas, furiosos. Reclaman por la demora de los estudios del SAG y de la Universidad Austral. Y acusan a la Conama de tener mano blanda con el proyecto más ambicioso que pisa suelo valdiviano. Todos los dardos apuntan contra la empresa de don Anacleto Angelini.

Lejos de la batahola, don Anacleto, dueño de la papelera y uno de los empresarios más ricos del continente, anota un tanto con su última inversión: la adjudicación de 21 mil hectáreas que consolidan a Celulosa Arauco como el rey del patrimonio forestal, y su gerente general, Alejandro Pérez, fue reconocido como uno de los ejecutivos top del país por el diario La Tercera. Mientras, su filial en San José de la Mariquina prometió acciones legales contra quien los vincule públicamente con la muerte de las aves.

El GIGANTE FORESTAL

Anacleto Angelini ha visto cómo sus empresas lideran los rankings de ganancias. A pesar de que los vaivenes del sector forestal y pesquero -bases de su poder económico- le dieron más de un dolor de cabeza a este empresario italiano, este año las cifras le han sonreído millonariamente.

Durante el 2003, la empresa estrella de Angelini Group, Copec, logró instalarse en la cabeza de la lista de compañías con mayores utilidades del país, anotando ganancias de 561 millones de dólares. El grupo puede estar doblemente orgulloso: luego de Copec, el tercer lugar de la lista lo ocupa Celulosa Arauco que logró 410 millones de dólares en utilidades. De estos, 275 millones verdes provienen de las 550 mil toneladas anuales que produce la planta de Valdivia. Qué duda, el negocio de Angelini es próspero. Tanto, que arrasó con otro gigante forestal, empresas CMPC, del Grupo Matte, dueños de la mitad de la torta que no se lleva Angelini.

Don Anacleto, hombre esforzado por mantener un bajo perfil, pero cauto y agresivo a la hora de hacer negocios, también se distingue por su excelente relación con el mundo político. A pesar de que está ad portas de los 90 años, se resiste a abandonar la cabeza del conglomerado. Desde esa cúpula, hace un par de años, decidió reestructurar sus negocios y puso sus huevos en una canasta que prometía: el sector forestal. A través de su sobrino y seguro sucesor, Roberto Angelini, anunció la inversión de 2 mil millones de dólares para empezar a mover los engranajes del nuevo negocio.

ARAUCO BUSSINES

Uno de los puntales para esta nueva etapa fue la planta de Celulosa Arauco y Constitución (Celco), ubicada al norte de Valdivia. Se trata de una de las industrias más grande del mundo, que permitiría la producción de 700 mil toneladas de celulosa kraft al año. Un negocio redondo si se considera el patrimonio forestal que tiene el grupo en la zona, a través de Bosques Arauco, su principal empresa forestal.

 

EL EXTERMINIO DE LOS CISNES

Las primeras aves de cuello negro llegaron a Valdivia luego del terremoto, con la construcción de los humedales. Según reconocen, hasta ahora los cisnes y el santuario eran las principales cartas de exportación de la ciudad. Hoy, los ambientalistas asocian la muerte masiva de las aves con las descargas de residuos industriales líquidos, que vierte la planta de celulosa al río Cruces. "En todo este tiempo, el único suceso relevante es la entrada en funcionamiento de la Celulosa Arauco. Él único evento al que uno podría apuntar y responsabilizar. La principal hipótesis que debería orientar todas las investigaciones tiene que ver con eso: la responsabilidad de la celulosa", enfatiza José Araya, de Acción por el Río.

Para averiguar las causas de la desaparición progresiva de los cisnes, la Conama encargó un estudio a la Universidad Austral de Chile. Los resultados deben ser entregados el 10 de diciembre. En forma paralela, el Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) también está pesquisando por qué razón misteriosa mueren las aves emblemáticas de Valdivia.

Saball, quien asegura estar muy preocupada por el problema, garantizó que se tomarán las medidas necesarias si los estudios señalaban que los cisnes estaban siendo afectados por una sustancia química.

El sueño y la fortuna en el negocio forestal se amasan desde 1995. Pero debido a los reparos ambientales, recién tres años más tarde la planta recibió el visto bueno: la aprobación de la Comisión Regional de Medio Ambiente (Corema), de la Décima Región.

Un dato menor para don Anacleto, quien se regocija de que el negocio forestal aporta el 80 por ciento de las entradas de su holding. Actualmente, el grupo controla la mayor base forestal en América del Sur: cerca de 779 mil hectáreas en Chile, Argentina y Uruguay. Pero el octogenario empresario no quiere parar: el próximo año piensa internacionalizar Arauco y Copec.

Una vez que la Corema le dio el vamos definitivo a la planta Celulosa Arauco, las autoridades de la zona proyectaron los beneficios que traería la industria al desarrollo local y se especuló que daría empleo a más de 4 mil personas, transformándose en una fuente laboral clave entre la Octava y Décima Región. Además, según sus ejecutivos, se trataba de una “empresa modelo”. La primera sometida al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (Seia), que contempla la ley 19.300 sobre Bases Generales del Medio Ambiente.

Inicialmente, los desechos industriales de la Celulosa Arauco se depositarían directamente en el mar, en la bahía de Mehuín. Pero la comunidad se opuso y, luego de varios estudios, la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) aprobó un tratamiento en el Santuario del río Cruces. La comunidad comenzó a revolucionarse con la construcción del complejo industrial. Pero el apoyo de las autoridades era casi unánime. El ex Presidente Eduardo Frei viajó a la zona para poner la primera piedra.

“El senador Gabriel Valdés también mostró gran simpatía con la inversión. Dijo que la celulosa iba a descargar alimentos para los peces, y que los pescadores artesanales debían estar contentos porque los peces iban a engordar”, cuenta Lucio Cuenca, coordinador del Observatorio de Conflictos Medioambientales, OLCA.

  DANGER, DANGER

Los primeros cisnes muertos se encontraron a fines de octubre, en un recorrido que hizo el SAG por el río Cruces.

A poco andar, los valdivianos notaron que algo no funcionaba. El estudio medioambiental aseguraba que las emisiones de sulfuro no serían detectadas por el olfato humano. A lo más, iban a sentirse a 500 metros.

Sin embargo, hoy superan los 50 kilómetros y "hasta en el centro de Valdivia se puede sentir el olor a huevo podrido", señala Vladimir Riesco, uno de los abogados que interpuso un recurso de protección, que fue rechazado por los tribunales.

Pero el impacto Arauco no sólo se ha sentido en el aire. También hay preocupación por la contaminación de las aguas. En marzo, un grupo de vecinos denunció una salida de emergencia de residuos, construida sin autorización.

Hasta la fecha, la celulosa Arauco tiene a su haber sanciones y multas de diversos organismos regionales. Entre febrero y marzo, el Servicio de Salud de Valdivia abrió dos sumarios administrativos por malos olores y por iniciar su funcionamiento sin permiso sanitario. Los sumarios se acumularon y, finalmente, se multó a la industria con casi treinta millones de pesos.

Luego, la municipalidad de Mariquina clausuró la planta por una semana, por no contar con patente Municipal, no presentar el permiso del Servicio de Salud ni la recepción de la Superintendencia de Electricidad y Combustibles. En mayo, la Corema también se hizo presente y aplicó dos multas -en total, 900 UTM- por emisiones a la atmósfera (olores) y por el ducto clandestino. Cinco meses más tarde, el Servicio de Salud abrió un nuevo sumario por incumplimientos de monitoreos y por malos olores que afectaron a 24 personas.

Consultado por LND, el gerente ambiental de Arauco S.A., Mario Urrutia, aseguró que “la empresa cumple con todas las normas vigentes estipuladas en la resolución ambiental y el estudio de impacto ambiental”.

A RIO REVUELTO...

El abogado Riesco advierte que este caso es particular: “Se trata de la empresa más grande que tiene la región, y hay muchos temores”. En su análisis, critica también la actitud de la Conama: “El peso político y económico que tiene Angelini los inhibe. Y de la cautela a la negligencia hay un paso”, sentencia.

Este martes apareció en la oficina de Riesco un sobre anónimo. Dentro venía un estudio solicitado en mayo de este año por la Corema a M A&C Consultorías. Los resultados -que estuvieron en manos de la Conama desde el 24 de agosto-, arrojaron 19 irregularidades de la planta Valdivia de Celulosa Arauco. LND tuvo acceso a este informe, en el cual se indican al menos dos irregularidades mayúsculas. La primera tiene que ver con la descarga de emergencia en el río Cruces, no incorporada al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental. La segunda, y más importante, señala un aumento de la producción de la industria: 550 mil toneladas de celulosa declaradas en la resolución de calificación ambiental, más 300 mil toneladas anuales que no cuentan con estudios de impacto ambiental.

Luego que trascendiera el informe, la prensa habló de información oculta. Incluso se especuló con la posibilidad de “filtración” desde el interior de ese organismo.

Pero Paulina Saball, directora ejecutiva de la Conama, asegura que “este estudio es una prueba de que estamos fiscalizando. Y no fue oculto, porque lo tenían en su poder todos los organismos regionales que apoyan nuestra labor”.

Saball adelantó que la Conama ya pidió un informe de rectificación a la planta, que debe ser entregado a fines de noviembre.

Guste o no, la situación está más que revuelta. Lucio Cuenca aventura que “la Conama incentiva a que se haga vista gorda con los proyectos de los grandes inversionistas. Esto tiene que ver con las opciones políticas y económicas del país. Acá, el grupo Angelini es el más grande, sus pretensiones son transformarse en uno de los primeros productores de celulosa a nivel mundial”.