-Autoridades de salud llevan cinco años de retraso en la implementación del reglamento para regular estos productos.

-Investigación demuestra graves irregularidades en el comercio de plaguicidas para uso doméstico

Santiago, diciembre 7 de 2002 (OLCA). El Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales(OLCA) con el apoyo de Alianza por una Mejor Calidad de Vida, Consumers International, Red de Acción en Plaguicidas y Sus Alternativas para América Latina (RAP-AL) y Organización de Consumidores y Usuarios de Chile (ODECU). Llevarán a cabo entre diciembre y enero la campaña "PLAGUICIDAS DOMESTICOS, no permitas que invadan tu hogar". Anunciaron hoy los organizadores.

Lucio Cuenca coordinador nacional de OLCA indicó estudio elaborado por su organización detectó que en Chile, se venden y promueven plaguicidas para uso doméstico, sanitario y veterinario sin ninguna regulación. Muchos de estos productos se encuentran prohibidos o fuertemente restringidos para uso agrícola, por ser cancerígenos o provocar graves alteraciones genéticas. "Sin embargo, pueden ser usados libremente en ambientes cerrados como nuestro hogar" agregó.

Sin importar su grado de toxicidad, son promocionados por televisión como elementos que dan "seguridad y protección" a nuestras familias, cuando en realidad se trata de venenos concebidos para matar.

Como una forma de educar e informar a la ciudadanía, OLCA distribuirá miles de trípticos y cartillas educativas acerca de los peligros para la salud y el medio ambiente de estos tóxicos, así como de sus alternativas amigables con el medio ambiente.

Las organizaciones que llevaran a cabo esta campaña demandan al Ministerio de Salud la inmediata fiscalización y retiro de todos los productos que son vendidos ilegalmente, así como los que violan las escasas normas de regulación.

De igual manera demandan la elaboración e implementación urgente del reglamento Específico de los Plaguicidas de Uso Doméstico y Sanitario y la incorporación en este proceso de las organizaciones ciudadanas que tienen experiencia en este ámbito.

Asimismo, anuncian también que se encuentran en estudio una serie de requerimientos administrativos y judiciales, a través de la ley de probidad administrativa y del consumidor, entre otras. Para ser presentadas en los próximos días de no tener una respuesta positiva de las autoridades y que acoja las demandas de protección a la salud de las personas y el medio ambiente.

La iniciativa ciudadana busca además promover una conducta responsable de las entidades fiscalizadoras y proveedores. Junto con un consumo responsable e informado de los usuarios de estos productos.

"Un retraso imperdonable"

En Chile, para que un plaguicida agrícola y veterinario sea ingresado, producido o comercializado requiere de una autorización expresa del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) que se rige por estandares internacionales, en caso de plaguicidas domiciliarios, del Instituto de Salud Pública.

Sin embargo, una legislación transitoria del Instituto de Salud Pública (ISP) es la que regula el uso de estos venenos, la misma que se utiliza para productos tan diversos como alimentos de uso médico, productos farmacéuticos y artículos de belleza. El documento señala el carácter transitorio de esta norma “en espera de un reglamento específico” para estas sustancias tóxicas.

MÁS DE 5 AÑOS DE RETRASO tiene esta legislación cuya responsabilidad recae directamente en el Instituto de Salud Pública y en el Ministerio de Salud. La desidia que se ha mantenido respecto del tema ha generado un vacío legal provocando un notable retraso en la adopción de medidas de protección a la salud humana y ambiental.

Los plaguicidas de uso doméstico, por ejemplo, no cuentan con una clasificación toxicológica, no incorporan estándares internacionales, no establecen restricciones de uso (condiciones ambientales, temperatura, etc.), ni peligrosidad ante aplicaciones en lugares como salas cuna u hospitales.

Respecto al etiquetado de los envases. No existe un esquema único como en los plaguicidas de uso agrícola que se diferencian por color según peligrosidad. Si existieran normas claras de etiquetado sería posible incluir un estándar mínimo de información orientado a la protección de las personas y no sólo a los intereses publicitarios del producto.

En relación a la venta de estos productos no existe en este reglamento ninguna mención a precauciones de almacenamiento, ubicación de estos en relación a alimentos u otros productos que pueden contaminarse. Como se puede constatar en supermercados donde se observan todo tipo plaguicidas, a escasos metros de los lugares de expendio de comidas, incluso de consumo directo.

Dos tratamientos para un mismo veneno

Uno de los aspectos más contradictorios que presenta este estudio es la constatación de que para un mismo compuesto químico, con los mismos riesgos para la salud humana, el uso en el hogar sea más permisivo que el uso en el trabajo.

Ejemplo de esto último es el Dimetoato (organo-fosforado), concebido para el control de pulgones y conchuelas, entre otros. clasificado como cancerígeno para animales por la Agencia para la Protección del Medio Ambiente de los Estados Unidos (EPA-USA).

Mientras el SAG establece serias restricciones para su uso agrícola del dimetoato, como utilización de ropa, guantes y botas protectoras, y máscara con filtro para vapores orgánicos, además de períodos de carencia para el consumo de productos tratados que van de 30 A 40 días, entre otras medidas. El ISP, para uso en el jardín, exige una carencia de 15 días para la cosecha de frutas y hortalizas y entrega restricciones generales de uso como: "evite contaminación de alimentos, y utensilios de cocina (...) evitar la inhalación e ingestión del producto".

También existen pesticidas que contienen ingredientes activos del alta toxicidad aguda y graves efectos crónicos como los insecticidas en aerosol para polillas y hormigas en base a Permetrina.

La dualidad de registros genera vacíos legales que permite que algunos productos que contienen pesticidas eludan esto sistemas de registros al ingresar o ser comercializados en otros rubros, como imprimantes anti-hongos y antitermitas para maderas, y ceras con insecticidas, que no contienen ninguna especificación ni restricción de uso.

Riesgos para la salud

El uso en el hogar de estos productos sin duda implica importantes riesgos para la salud, ya que necesariamente existe exposición humana, la que se produce por la inhalación, absorción por piel y mucosas o la ingestión por medio de los alimentos o accidental. La toxicidad del producto el grado de exposición y la permanencia en el tiempo, determinará el tipo de daño a la salud y su manifestación que puede ser aguda, es decir inmediata o crónica, es decir a largo plazo.

Los casos reportados como intoxicación por el Sistema de Salud Público (el sistema privado de salud no los reporta), está subestimando en forma importante la real magnitud del problema, pues en la mayoría de los servicios de salud primaria y de mayor complejidad no está implementado el sistema de alerta sobre este tema, la información sobre casos de intoxicación por pesticidas o productos desinfectantes pesquisados por el sistema de salud, (el modelo de vigilancia chileno es voluntario y por lo tanto parcial)****

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