Fuente: Generación 80, 14 de abril de 2008

Privatizar ese yacimiento: un desastre para Chile
Gaby

Manuel Riesco
especial para G-80

La actual administración de CODELCO ha declarado que va a honrar el compromiso de su antecesora y procederá a enajenar el 49% del nuevo yacimiento Gaby. Ciertamente tienen razón los que se oponen a la privatización de esta filial. Como ha declarado el propio Juan Villarzú, el negocio hay que echarlo para atrás puesto que constituye un daño enorme para el Estado de Chile. Debe impedirse a toda costa.

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Una muy buena síntesis de El Mercurio (Cuadernos Cenda EM 5/4/2007) lo describe así: "el acuerdo data de 2004 y se ha transformado en una verdadera "papa caliente" para la administración de José Pablo Arellano. Su antecesor, Juan Villarzú, acordó enajenar el 25% de Gabriela Mistral a la empresa estatal china Minmetals. Para fijar el precio de la venta, se colocaría en el mercado el 24% restante. Es decir, de las 150 mil toneladas anuales de cobre fino que producirá -este año ya se extraerán 100.000-, la estatal sólo podrá contabilizar como propias la mitad. Para colmo, parte de esa producción está vendida por adelantado a... Minmetals. Por ende, se trata de cobre ya pagado, por lo que las ganancias para Codelco del cobre de Gabriela Mistral serán más bajas. En la minera estatal, y a petición de parlamentarios de la Concertación y de trabajadores de la estatal - que tienen dos de los siete asientos en el directorio -, se pusieron a analizar la factibilidad de deshacer el acuerdo, considerando la necesidad que tiene Codelco de agregar producción, dada la baja que sufre desde los últimos años. Y el resultado fue que no hay más opción que hacerlo efectivo. Además de la enajenación de la mina, Codelco vendió por adelantado parte de su producción. Y, a cambio, recibió US$ 550 millones. Pero no todo ese monto queda en las arcas de la mayor productora de cobre del mundo: esta semana, la Contraloría resolvió en favor de las FF.AA. una pugna por el pago del 10% que les corresponde por concepto de la Ley Reservada del Cobre, equivalente a US$ 55 millones. Para colmo, la operación pagó impuestos y, además, se hizo a precios mucho menores que los que existen hoy." En resumen, un desastre para Chile y peor aun para CODELCO.

Más allá de impedir este dañino negocio, es necesario reflexionar acerca de los motivos que condujeron al mismo en primer lugar. Se originó en la política de exigir a CODELCO el traspaso al Estado del 100% de sus excedentes, lo cual la deja sin capacidad de inversión - e impulsa a sobre endeudarse y realizar acuerdos como el de Gaby para obtener los recursos que necesita para sobrevivir. La referida política viene de tiempos de la dictadura y ha sido mantenida sin cambios por los gobiernos de la Concertación. Su lógica es que Hacienda debe hacerse con todos los excedentes de la minera estatal y luego decidir si reinvierte parte de ellos en la misma, o los destina a otros proyectos. Casi siempre se los niegan a CODELCO, aduciendo que compiten con proyectos sociales de altísima rentabilidad. Ello no es más que un pretexto, puesto que tampoco se los invierte allí. Por el contrario se los han venido devolviendo al sector privado por la vía de generar un "superávit estructural" en las cuentas fiscales (1). El problema es que al negar recursos de inversión a CODELCO, liquida al mismo tiempo la "gallina de los huevos de oro."

Si el directorio de una empresa privada cualquiera siguiera una política similar los accionistas los echarían a patadas, puesto que evidentemente pone en riesgo su supervivencia y disminuye significativamente su valor. Esto lo saben perfectamente quienes se han empecinado aplicarla a lo largo de décadas. No les importa, sin embargo, puesto que en su fuero íntimo son partidarios de privatizar CODELCO. Están convencidos que la empresa privada es siempre más eficiente que la empresa pública y operan sobre "estrategia" de empujar siempre hacia la liberalización completa de los mercados y la privatización de todas las actividades. Cuentan en ello con el aval de los grandes empresarios, que entienden asimismo muy bien la insensatez de tal política de excedentes. Jamás la aplicarían a sus propias empresas. Sin embargo, la apoyan en el caso de CODELCO porque saben que la debilita y empuja precisamente hacia el destino que propugnan, que no es otro que la privatización de la "joya de la corona" ¡para quedarse con ella!

Gravísimas como son, la privatización de Gaby e incluso la política de excedentes impuesta a CODELCO, resultan un pelo de la cola si se aprecia el distorsionado cuadro general de la política minera chilena. Los principales países y las empresas que operan en este ámbito tienen estrategias definidas respecto de los recursos naturales. Evalúan correctamente el valor de los mismos, tanto en lo que respecta a la renta que generan, como la importancia de contar con su abastecimiento. Por lo mismo, todos pugnan por asegurarse el acceso a los recursos y, en lo posible, un importante grado de control de los mismos a nivel global.

Para los países que los poseen, la estrategia evidente consiste en maximizar y capturar íntegramente la renta asociada a los mismos. Para ello el mecanismo más sencillo y eficaz es su nacionalización. Casi todos países petroleros, por ejemplo, en la actualidad han nacionalizado prácticamente todos sus yacimientos. Aquellos que los habían entregado al capital extranjero en el curso de décadas pasadas, por lo general los han recuperado en su mayor parte en los últimos años - el caso mas importante es Rusia, que entregó muchos yacimientos al capital extranjero durante el gobierno de Yeltsin y los ha recuperado casi todos bajo Putin. Bolivia, Ecuador y Venezuela, en América Latina, han hecho lo mismo en años recientes, por nombrar algunos.

Generalmente, los países petroleros permiten la operación de las transnacionales en su territorio, pero bajo condiciones que aseguran que la mayor parte de la renta se entrega al Estado. Probablemente, el país que tiene la mejor política minera del mundo es Noruega, que aplica un conjunto flexible de medidas que se adecuan constantemente a las condiciones del mercado y aseguran la captura de casi toda la renta, al mismo tiempo que ofrece condiciones de ganancias razonables a las empresas operadoras privadas - todas las transnacionales operan allí sin problemas. La batería de políticas al respecto incluyen, entre otras, la licitación de derechos de exploración y luego de explotación, royalties sobre las ventas y sobre-tasas a las utilidades (como el llamado "royalty II," pero contundentes). Las dos últimas se adecuan a los precios internacionales, de modo que en la actualidad, por ejemplo, capturan prácticamente el 100% de las sobre-ganancias derivadas del aumento de precios de "commodities". Casi todos los países concluyen que la instalación de una gran empresa pública en dichos mercados es la mejor forma de internalizar la captura de la renta de los mismos. Es por eso que Noruega adicionalmente reserva la parte del león para Statoil, la gran petrolera estatal. Adicionalmente, ha permitido que ésta opere en el mercado mundial compitiendo mano a mano con las transnacionales. Políticas similares son aplicadas por países como China y Brasil, entre muchos otros, además de los mencionados.

Chile nacionalizó sus recursos minerales en 1971, política que aún consigna claramente la constitución que nos rige. Es decir, constituye la política oficial del Estado de Chile desde hace más de tres décadas. Sin embargo, ha venido siendo burlada de modo creciente a partir del resquicio de la "concesión plena" introducida en 1981 por José Piñera, el ministro de Pinochet, y reforzada luego sucesivamente por los gobiernos de la Concertación. Estos últimos son responsables del traspaso de pertenencias mineras de CODELCO a ENAMI y su privatización posterior en tiempos de Aylwin (2). El resultado es que actualmente más del 70% del cobre se encuentra en manos privadas, en su mayoría extranjeras, que en el curso de los tres últimos años han venido retirando renta por un monto anual equivalente a más de dos terceras partes del presupuesto del Estado de Chile (3). Es decir, un puñado de empresas que se pueden contar con los dedos de la mano están retirando recursos que nos pertenecen a todos los chilenos, y que nos permitirían duplicar todo el gasto social - previsión, educación, salud, etc. - que realiza el Estado.

Tanto o más grave que el verdadero chorro de recursos que están retirando estas empresas, es el hecho que el mismo les está posibilitando adquirir una posición de monopolio en el mercado del cobre, desplazando a CODELCO. Actualmente, BHP Billliton, la mayor minera del mundo, ha superado a la Estatal como la principal productora de cobre en Chile. El 2007, mientras CODELCO produjo 1,58 millones de toneladas, BHP Billiton produjo 1,61 millones en Escondida y el nuevo mineral de Spence. Si se agrega a la primera la mitad de Al Abra que le corresponde, su volumen sube a 1,66 millones. Sin embargo, a la segunda se le deben sumar la mitad de la producción de Cerro Colorado, que comparte con Rio Tinto, con lo cual queda asimismo en 1,66 millones de toneladas (ver cuadro anexo) (4) .

A nivel mundial, BHP Billiton está actualmente intentando comprar Rio Tinto, que es la tercera mayor minera mundial, por la cual ha ofrecido 130.000 millones de dólares. La intención de BHP es formar una minera gigante que pasaría a dominar varios metales. Entre ellos el cobre, desde luego, pero asimismo el hierro, donde la suma de ambas empresas superaría al líder actual, la Brasileña Vale do Rio Doce, que hoy controla el 42% de dicho mercado. La movida de BHP no ha dejado a nadie indiferente. La primera en reaccionar ha sido China, que ha adquirido un 12% de Río Tinto mediante una operación conjunta de la estatal China de aluminios y la estadounidense del mismo rubro, ALCOA (NYT 2/2/2008). Durante las primeras semanas de abril 2008, se ha especulado que el gobierno chino habría adquirido un 6% de la propia BHP Billiton (FT 3/4/2008). Esta es una demostración clarísima de como mueven sus piezas las empresas y países que operan en estos mercados.

¿Que hace Chile entretanto? No solo ahoga a su única empresa relevante a nivel mundial, sino que la obliga a entrar en tratos que amenazan con culminar en la venta de parte de ella a una de sus principales competidoras a nivel mundial, la China Minmetal. Más grave aún, está regalando a su principal competidora - BHP Billiton - la renta de sus minerales, de modo tal que le permite consolidar su dominio en el mercado del cobre. Adicionalmente, financia el que domine el mercado del hierro, amenazando a una de las principales empresas del Brasil, país aliado natural de Chile. Esto conforma un cuadro gravísimo para los intereses nacionales.

Este es el asunto estratégico más urgente que debe resolver Chile en la actualidad. Evidentemente, el sistema político de la transición ha demostrado ser completamente incapaz de afrontarlo - en realidad lo ha agravado. Ello demuestra por si solo la urgente necesidad de modificaciones políticas de fondo, que permitan la instalación de un nuevo bloque en poder, capacitado para afrontar los grandes problemas del desarrollo nacional. En el resto de América Latina, dicho cambio ya se ha producido en buena parte, incluidos los dos principales países de América del Sur. La pregunta no es si ello va a ocurrir asimismo en Chile, sino cuando.

Mejor más temprano que tarde, puesto que cada año que pasa nos significa el equivalente todo el presupuesto social del Estado.

Manuel Riesco CENDA

NOTAS:

1 El superávit fiscal se traduce en mayor disponibilidad de dinero en el mercado financiero por un monto equivalente, lo cual presiona a la baja la tasa de interés y beneficia por lo tanto directamente al sector privado, el que además se hace de los recursos vía créditos.

2 En ese momento, los técnicos de CESCO, el principal instrumento del lobby minero, dominaban sin contrapeso tanto el Ministerio de Minería, como COCHILCO, y asimismo CODELCO. Jorge Bande, el mandamás de CESCO, era nada menos que Gerente de Desarrollo de CODELCO, a cargo de tales traspasos, e Iván Valenzuela, su colega en el centro de estudios, era el subsecretario de Minería e impulsor de los cambios legales que los hicieron posibles.

3 El cálculo de la magnitud de la renta retirada por las empresas privadas que explotan el cobre que pertenece al Estado de Chile es muy sencillo, y deberían saberlo de memoria todos los chilenos, incluso los niños. El precio del cobre que aparece a diario en la prensa está expresado en dólares por libra, luego, hay que multiplicarlo por poco más de dos mil (2.200) para transformarlo aproximadamente en dólares por tonelada y luego por poco menos de seis millones de toneladas (5.6) que es la aproximadamente la producción anual, de la cual CODELCO genera poco menos de la tercera parte (30%), y el resto las privadas. Si se multiplica por dos mil y por seis millones arroja muy aproximadamente el valor de la producción total, y si se divide esta cifra por tres resulta aproximadamente el valor de las producción de cobre de CODELCO. Así, por ejemplo el cálculo aproximado para el 2007 es el siguiente: el precio promedio fue de 3,2 dólares la libra, lo que multiplicados por dos mil equivalen a 6.400 dólares la tonelada, que multiplicados por 6 millones de toneladas resulta un ingreso total de 38.400 millones de dólares, de los cuales CODELCO genera aproximadamente la tercera parte, es decir, alrededor de 12.800 millones de dólares y las privadas dos tercios, es decir, aproximadamente 25.600 millones de dólares. El cálculo exacto del valor de la producción total del 2007 es 3,32 dólares por libra * 2.2 libras por kilo * 1.000 kilos por tonelada * 5.56 millones de toneladas = 40.610 millones de dólares, de los cuales CODELCO generó el 30%, es decir, 12.183 millones de dólares y las privadas el 70%, es decir, 28.427 millones de dólares. Como se ve, las cifras coinciden bastante cercanamente con el cálculo aproximado, el que en cualquier caso subestima lo que venden los privados y de modo alguno los exagera. Para saber cuanto ganan las empresas es necesario saber cual es el costo de producción. Sin embargo, ello no es necesario, puesto que el precio de los subproductos que acompañan al cobre - molibdeno, oro, plata, etc. - es tan elevado que cubre con creces los costos de producción, refinamiento y transporte de cobre. En otras palabras, el valor del cobre que venden se lo embolsan íntegramente como ganancias. De este modo, el año 2007, las privadas se embolsaron más de 25 mil millones de dólares. Los impuestos que pagaron ese año fueron poco más de cuatro mil millones de dólares, incluido el "royalty II," que arrojó cerca de 600 millones. Es decir, el retiro neto de renta por parte de las privadas fue de todos modos superior a 20.000 millones de dólares. Si se compara esta cifra con el presupuesto del Estado de Chile del 2007, que alcanzó a 15.7 billones de pesos que equivalen a poco más de 30.000 millones de dólares, se aprecia que los retiros de excedentes de las mineras privadas corresponden a más a 2/3 del presupuesto del Estado chileno.

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