Conflictos ambientales en Guatemala

19 de junio de 2007

Las consultas son valiosísimas, por muchas razones.
Ni por todo el oro del mundo

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Por: Magali Rey Rosa.

La idea que se trata de difundir, de que las consultas no sirven —porque no son vinculantes— es falsa. Las consultas son valiosísimas, por muchas razones. La de Sipacapa, celebrada hace dos años, hizo evidente que los derechos de los sipakapenses fueron violados y que el Gobierno de Guatemala no hace nada para enderezar esa situación.

Las consultas celebradas en 12 municipios de Huehuetenango, San Marcos, Quiché y Alta Verapaz ponen de manifiesto el rechazo de miles de guatemaltecas y guatemaltecos que prefieren mantener los escasos recursos que poseen, especialmente, sus territorios y su agua; y quienes no aceptan las migajas que les otorga la Ley de Minería, con las que las compañías mineras pretenden comprarlos. El 13 de junio de este año se llevó a cabo otra consulta, en Ixchiguán, donde mucha gente dijo que, aunque las regalías fueran del 50 por ciento, no van a entregar su tierra a ningún precio. En esa consulta, en la que más de cinco mil personas (75 por ciento de los empadronados en ese municipio) votaron contra la explotación de minerales metálicos, fue notoria la participación masiva de niñas y niños, quienes —aunque sus votos no fueron contabilizados— expresaron también su rechazo. Dentro de unos días se harán consultas también en Tajumulco y en Tejutla.

Debido a las consultas, las compañías mineras tendrán que pensar en otra estrategia de penetración, porque no les va a servir de mucho "convencer" a los alcaldes de sus bondades, cuando ya los pobladores han expresado su rotunda oposición a la explotación de sus territorios.

Dicen que la minera Entre Mares (otro nombre que usa localmente la Gold Corp., antes Glamis) perdió la oportunidad de renovar una licencia de exploración en Huehuetenango, en municipios donde se hizo consulta. Ante el evidente racismo y la indiferencia de las actuales autoridades, resulta admirable la determinación de los pueblos indígenas de volver a poner en práctica los derechos que nos otorga nuestra (dizque) democracia participativa, pacíficamente.

Ayer se supo que el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales, uno de los más efectivos operadores de las mineras, otorgó ya todos los permisos ambientales a la Compañía Guatemalteca de Níquel, aunque las Evaluaciones de Impacto Ambiental contienen irregularidades. Este gobierno será responsable también de los conflictos sociales que está generando la minería metálica en Izabal.

Para la población guatemalteca no pasa inadvertida la agresividad con que el equipo del señor presidente Óscar Berger sigue tratando de imponer proyectos mineros. Ni el poco respeto que les merecemos los miles de guatemaltecos que no queremos la destrucción de la naturaleza y las montañas de Guatemala, ni por todo el oro del mundo.