Pascua-Lama: el proyecto minero de Barrick Gold en Chile

Fuente: www.granvalparaiso.cl

Minería, no todo lo que brilla es oro

Los únicos que ganan con la explotación de yacimientos son las empresas y el Fisco, en tanto que el aporte neto a las comunidades locales es miserable

Javier Rivera, Huasco
(10/06/05)

DESDE QUE CHILE es una nación libre, la minería ha jugado un papel preponderante en la riqueza del país, al punto que actualmente es una fuente importante de ingresos que mantiene las arcas fiscales en una estabilidad bastante aceptable.

Pero no todo lo que brilla es oro, pues la minería, siempre se ha presentado como una actividad que traerá prosperidad a la zona en que se desarrolla, pero, siendo absolutamente objetivos, los únicos beneficiados son las empresas explotadoras y el Estado.

Curioso es que actualmente (y a pesar de la larga y lamentable tradición que respalda lo anteriormente comentado), cada vez que un proyecto minero está en etapa de desarrollo e inicio de actividades, suenan bombos y platillos anunciando que es la solución para el desarrollo social, cultural y laboral de la zona en que estará inserta, pero…

Casos tenemos muchos. Si recorremos la geografía de nuestro país, especialmente en la zona minera más rica, que es nuestro norte, podremos ver muchos pueblos languideciendo o sencillamente muertos una vez terminada la actividad extractiva, en los cuales el desarrollo se presentó en la forma de un establecimiento humano transitorio, sin mayores aspiraciones que ser un área para dormir y nada más (campamentos, salitreras). Un elocuente ejemplo lo constituye la ciudad campamento del Salvador.

En cuanto a las ciudades cercanas a los yacimientos mineros, los únicos “beneficios” que se observaron y observan son la proliferación de prostíbulos y de la delincuencia. Un ejemplo irrefutable lo proporciona la ciudad de Calama, en donde ambos fenómenos saltan hoy a la vista.

Iquique, que ha sido una ciudad históricamente minera, creadora de grandes fortunas, en la actualidad se sostiene sólo merced a la zona franca y la actividad de la pesca. En igual condición está Antofagasta, ya que su principal fuente de ingresos son las micro y medianas empresas, así como los servicios.

No es sólo un tema de ciudades importantes. La mayoría de las faenas mineras están cercanas a poblados de menor envergadura y en los cuales el impacto económico y de desarrollo es nulo. Los municipios locales viven en permanente estado de quiebra, pues las empresas que explotan los recursos minerales poseen sus oficinas en las capitales regionales o en Santiago, así que pagan todos sus permisos y patentes en esas ciudades, no quedando nada para el desarrollo comunal.

El caso más emblemático se vive en la Tercera Región de Atacama. Ella ha sido históricamente una importante fuente de ingreso de recursos para el Estado, pero el retorno monetario sólo se limita a las migajas que caen de la mesa que consume el área metropolitana, permaneciendo desde siempre en un estado de pobreza casi extrema y sumida en un lento desarrollo.

Muchos dirán que los recursos que llegan al Estado por concepto de la explotación minera se reparten hacia las demás zonas, pero eso es bastante más que sabido que esos recursos se gastan ineficientemente entre la clase política, el aparataje estatal y la alimentación de ese monstruo hambriento que es Santiago.

Otros opinarán que la minería ofrece una gran posibilidad de empleo y la creación de nuevas empresas de servicios para satisfacer las demandas de las grandes compañías. Sin embargo, cave anotar que casi todas la actividad minera se realiza por el sistema de contratistas (para ahorrarse el personal permanente, que siempre es el mínimo) y los contratos siempre son otorgados eternamente a las mismas 4 o 5 empresas que se llevan la ganancia y pagan sueldos muy bajos.

Además, en el tema del desarrollo ciudadano, jamás las grandes empresas mineras han aportado nada que estimule el crecimiento de la cultura o han puesto dinero (salvo unos pocos fondos en forma casi simbólica) para la construcción de universidades, colegios, teatros, museos, etc.

Han hecho inversiones en el medioambiente, pero sólo con el fin de ser considerados como “empresas responsables” y cumplir con la ley (y sólo con el “altruista” fin de evitar las multas), pero eso no pasa más allá de algo puramente cosmético.

Ahora llama mucho la atención la propaganda que realiza Pascua Lama en los distintos medios de comunicación, presentándose como una “EMPRESA REDENTORA” que sacará de la ignorancia y traerá el desarrollo a la zona del valle del Huasco…

Debo recordarles a los señores de Barrick, que la actividad agrícola será una constante en el valle de Huasco (siempre y cuando algún ambicioso no destruya los glaciares) y que esa comunidad esforzada ha progresado enormemente sin su ayuda. De otro lado, la ignorancia que Uds. permanentemente creen ver, es sencillamente la humildad de la gente esforzada, que piensa en el futuro de sus hijos; además, los escasos dólares que invertirán en algunos proyectitos propagandísticos y los pocos puestos de trabajo que generarán, en nada compensan la cantidad de dinero que ustedes ganarán ni el daño que provocarán si destruyen los glaciares, pues su actividad minera durará un par de décadas, pero la agricultura del valle es para siempre.

Es preciso, en consecuencia, ser muy cautos al momento de apoyar alguna empresa de este tipo. Consideremos la larga lista de empresas que llegaron con la promesa de ser la panacea para las zonas en que se iban a instalar, pero que explotaron los recursos no renovables, destruyeron, agotaron y contaminaron sin control y se fueron con los bolsillos llenos, dejando la zona igual o peor que antes.