El Proyecto minero de Pascua Lama

Fuente: www.puntofinal.cl (27 de mayo de 2005)

Quienes están detrás del proyecto Pascua Lama
La Siniestra Barrick Gold
Punto Final

Barrick Gold Corporation, a través de su filial en Chile -Compañía Minera Nevada., se propone explotar el yacimiento aurífero Pascua Lama, en la cordillera al interior de Vallenar; para ello ha lanzado una gran campaña publicitaria en TV y otros medios de prensa nacionales porque como se sabe, la comunidad campesina

del Valle del Nuasco y organizaciones ecologistas de nuestro país están resistiendo con fuerza ese proyecto minero que pretende -nada menos. trasladar tres glaciares que constituyen la reserva de agua de esta región del árido norte chileno. Una amplia información sobre este tema se publicó en PF 589. Posteriormente, otros medios también se hicieron eco de la denuncia

La empresa canadiense Barrick Gold Co., que en 1994 compró la mina de cobre El Indio en nuestro país, tiene oscuros antecedentes que la vinculan a operaciones encubiertas del ex director de la CIA y ex presidente de EE.UU., George Bush, padre del actual mandatario norteamericano. A través de Bush, la Barrick Gold Co. ha logrado extender sus tentáculos a diversas regiones del mundo. En los países donde opera, esta empresa incorpora a sus directorios a personajes de las finanzas y la política locales. En el caso de Chile, el elegido fue el acaudalado empresario Andrónico Luksic, de reconocida influencia en la Concertación y en la derecha, cuyos partidos reciben generosas contribuciones financieras.

Las andanzas de la Barrick Gold Co. han merecido numerosos estudios y denuncias, en especial respecto a sus vínculos con la familia Bush. Muy documentado es el libro del periodista Greg Palast The Best Democracy Money Can Buy (La mejor democracia que el dinero puede comprar), considerado un best seller por The New York Tímes.

Lo que sigue es parte del segundo capítulo del libro de Palast, que desnuda a la empresa que ahora se ha asentado en Chile y amenaza destruir el ecosistema de una importante zona de nuestro país.

"George W. Bush no podría haber acumulado tal canti­dad de dinero para su cam­paña si su apellido fuera Jones o Smith. Mientras los otros candidatos rogaban, imploraban y hacían todo tipo de tratos para obtener donaciones, los Bush usaron una nueva, creativa y lucrativa fórmula de recolectar dinero, un método que sus contrincantes no podían imitar: la in­fluencia de papito Bush después que éste había dejado la Casa Blanca. Con esta fór­mula se estableció la base financiera de la campaña de Bush Jr. y de paso, aumentó la fortuna familiar.

En 1998, por ejemplo, el ex presiden­te escribió al ministro de Petróleo de Ku­wait una carta a favor de la empresa petro­lera Chevron Oil Corp. Cuando Bush fue cuestionado dijo, honestamente, que él 'no tenía intereses en la operación de Che­vron'. Verdad, pero a continuación de su desinteresada intervención, la empresa pe­trolera depositó 657 mil dólares en las arcas del Partido Republicano.

Ese mismo año Bush padre armó re­vuelo en Argentina cuando hizo lobby con su cercano aliado político, el presi­dente Carlos Menem, para que le diera licencia de juego a Mirage Casino Corp. Una vez más, Bush viejo escribió que él no tenía intereses personales en ese trato. Sin embargo, Bush hijo obtuvo ganancias sin ningún esfuerzo. Después del trato, el casino Mirage depositó 449 mil dólares en las arcas de los republicanos.

La mayor parte del botín de Bush, de acuerdo al Center for Responsive Politic, llegó en forma de 'paquete' o dinero 'sua­ve'. Esta es la forma ladina que las corpo­raciones (sociedades anónimas) usan para esquivar las leyes de Estados Unidos que prohiben las donaciones directas.

No todo el trabajo de Bush viejo es voluntario. Un simple discurso frente al directorio de Global Crossing -al iniciarse esta empresa de telecomunicaciones- le hizo ganar acciones por 13 millones de dólares cuando la empresa fue pública y sus acciones comenzaron a transarse en el mercado accionarlo. Global Crossing, usando a sus empleados, se puso con un millón de dólares para la campaña del joven Bush.

Mientras la familia Bush se mueve ágil­mente para borrar de los registros electo­rales a ex convictos (en Texas y Florida), no tienen ninguna objeción para que otro ex convicto ponga presidentes en su planilla de pagos. En 1996, a pesar de los rue­gos de las iglesias de Estados Unidos, pa­pito Bush pronunció varios discursos (co­bra 100 mil dólares por cada uno) aus­piciados por la organización que dirige el reverendo Sun Myung Moon, líder del culto Moon, evasor de impuestos y ex huésped del sistema carcelario de Estados Unidos.

Parte del botín para el esfuerzo repu­blicano en el ciclo electoral de 1997-2000 vino de una empresa llamada Barrick Gold Corp., con un aporte superior a los 100 mil dólares, (que es sólo sencillo, comparativamente, para los republicanos). Pero el problema es que esa corpora­ción reside en Canadá. Por ello, técnica­mente los fondos llegaron a través de la empresa asociada en Estados Unidos, Ba­rrick Gold Strike, y así se obvió la ley que prohibe a extranjeros hacer donaciones a campañas políticas.

CAMBIANDO LAS LEYES

En los días finales de la administración de Bush viejo, el Departamento del Interior hizo un extraordinario -aunque poco conocido- cambio en el procedimiento de la ley minera de 1872. Esta ley de la era de 'la fiebre del oro', permitía a los bigotu­dos buscadores de minas, con sus lavato­rios de estaño y sus mulas, reclamar para sí la propiedad minera de los terrenos. Con el cambio, el Departamento estable­ció un procedimiento expedito para las empresas mineras, lo cual permitió a Ba­rrick reclamar para sí el mayor yacimien­to de oro en Estados Unidos.

En la terminología minera, Barrick debía perfeccionar su patente sobre un estirnado de 10 mil millones de dólares en oro, por lo cual pagó 10 mil dólares al Tesoro norteamericano. Barrick, por supuesto, tuvo que pagar al contado por los derechos de propiedad y el costo de sacar el botín (las donaciones en pequeños 'paquetes', como aquella para apoyar al senador demócrata por Nevada, Harry Reid). El cambio en las reglas le produjo grandes beneficios: de acuerdo a un experto del Mineral Policy Center de Washington, Barrick se ahorró -y a los ciudadanos norteamericanos les costó ­más o menos mil millones de dólares.

Apenas asumió el nuevo secretario de Interior de Bill Clinton, Bruce Babbitt, dijo que el registro de la propiedad minera hecho por Barrick fue 'el robo más grande de oro desde los tiempos de Butch Cassi­dy'. Pero como la empresa sigue el proce­dimiento rápido diseñado por la adminis­tración de Bush viejo, la corporación pu­do acorralar a Babbitt contra la pared y Clinton no tuvo otra opción que darle la mina de oro a Barrick.

Barrick ha dicho que no tuvo ningún tipo de contacto con el ex presidente al momento del cambio de reglas. Pero siempre ha habido un lugar para Bush viejo en el corazón de oro de la empresa y también, en la planilla de pagos. En 1995, Barrick contrató al ex presidente como Honorary Senior Advisor del direc­torio internacional de Barrick, con sede en Toronto, Canadá. Bush se les unió a instancias del ex primer ministro de Canadá, Brian Mulroney, quien -como Bush- fue sacado ignominiosamente de su cargo. Sorprende que el ex presidente firmara con esta empresa. Cuando Bush perdió la elección y salió de la Casa Blan­ca, prometió que nunca haría lobby ni pertenecería a ningún directorio de cor­poración. Pero el presidente de Barrick, abiertamente, se enorgullece de haberle dado el título de Senior Advisor con el cual Bush pudo esquivar el cumplimiento de su promesa.(*)

¿Qué puede hacer una empresa con un ex presidente de Estados Unidos? Barrick vehementemente niega haber contratado a Bush para 'hacer contacto con otros lí­deres del mundo que podrían ser de ayu­da'. Sin embargo, Bush escribió una carta al dictador Suharto, de Indonesia, para que diera a Barrick la concesión de un nuevo y candente yacimiento de oro. La carta de Bush funcionó. Suharto tomó el 68 por ciento del yacimiento de oro -supuestamente el más grande del mun­do-, y se lo transfirió a Barrick. . Sin embargo el lobby de Bush no siem­pre es invencible. Jim Bob Moffet, quien encabeza Freeport-McMoran, rival de Ba­rrick, se reunió privadamente con Suhar­to. Cuando Suharto salió de la reunión, este cleptócrata anunció que Freeport reemplazaría a los canadienses de Bush. Pero Barrick tuvo suerte: el 'inmenso' ya­cimiento de oro resultó ser falso. Cuando la estafa fue descubierta, los socios de Moffet invitaron al geólogo Mike de Guzmán, quien 'descubrió' el oro, a conversar sobre el malentendido. Lamentablemen­te, en el camino a esa reunión Guzmán se cayó en helicóptero.

EL PODEROSO PETER MUNK

¿Quién es este Barrick a quien nuestro ex presidente le arrienda el prestigio de la Oficina Oval? No pude encontrar ni siquiera un Barrick en la guía telefónica canadiense. En realidad, esta empresa, tal como opera hoy, fue fundada por Peter Munk. Este emprendedor salió a la luz pública por primera vez en los 60, como figura central en un escándalo por uso in­debido de información privilegiada. Munk se había deshecho de sus acciones en una fábrica de equipos estéreo que controlaba, justo antes que ésta se decla­rara en quiebra dejando a los accionistas y al gobierno con la mano estirada. Nunca se le hicieron cargos, pero como apunta Maclean, periodista de una revista cana­diense, esa venta de acciones le costó a Munk su negocio y su reputación. Aun así, los activos de propiedad de Munk as­cienden a 350 millones de dólares, que incluyen casas en dos continentes y una isla privada.

¿Cómo pasó de empresario quebrado a semi-billonario? La respuesta es Adnan Kashoggi, el traficante de armas saudita, el hombre del dinero en el escándalo Irán ­contras de trueque de armas por secues­trados. Este hombre, que envió armas al ayatola, hizo equipo con Munk en inver­siones en hoteles y fue quien finalmente puso el dinero para comprar Barrick en 1983, entonces una pequeña empresa con una modesta e imperfecta concesión mi­nera en Nevada.

Bush, en su oportunidad, perdonó a los conspiradores que ayudaron Kashoggi a proveer de armas al 'eje del mal', ha­ciendo imposible enjuiciarlo. (Bush per­donó a los conspiradores no como un fa­vor a Kashoggi, sino a sí mismo).

Kashoggi salió de Barrick justo des­pués que el escándalo Irán-contras se hi­ciera público, mucho antes de 1995 cuan­do Bush fue invitado a incorporarse a la empresa. Para ese tiempo la reputación de Munk estaba reparada, por lo menos en su propia mente, en parte por sus ma­sivas donaciones a la Universidad de To­tonto. En compensación de esos actos de filantropía, la Universidad le dio un título honorario al asesor de Munk: Bush. Pero como el ex presidente contratado por Munk no valió la inversión para el trato en indonesia, la inversión de Barrick en políticos tendría que recuperarse en Afri­ca, con Mobutu Sese Seko, el fallecido dictador del Congo (Zaire), uno de los indisputados sinvergüenzas del último siglo quien robó cientos de millones de dólares de las arcas de la nación y compa­ñero de golf de Bush viejo.

ANDANZAS EN EL CONGO

Esta antigua relación probablemente no le disgustó a Barrick, para conseguir una concesión de explotación de oro en ochenta mil acres del país de este cogotero congolés. Bush mismo no hizo el lobby para el trato de Barrick. No porque el ex presidente tuviera remilgos para usar su anterior cargo con este déspota. Sino que, en ese tiempo, Bush se encontraba ha­ciendo tratos para ayudar a Adolf Lundin, que algunas veces aparecía como rival de Barrick. El especialista en Africa, Patrick Smith, de Londres, señala que Bush llamó a Mobutu en 1996 para ayudar a cerrar un trato a favor de Lundin.

Pero una rebelión contra Mobutu hizo inviable para Barrick esa mina, no porque la compañía no lo hubiera intentado. En un testimonio del Subcomité de Asuntos Extranjeros sobre Derechos Humanos, de la Cámara baja de Estados Unidos, el ex­perto y periodista Wayne Madsen declaró que Barrick había financiado a las dos partes en conflicto, lo que ayudó a que éste se prolongara. Esta declaración no pudo ser sustanciada y la verdad se en­cuentra perdida en algún lugar de la selva, donde los investigadores del Congreso norteamericano no pueden llegar.

Si bien es cierto que a Barrick le fue mal en Indonesia y en el Congo, la re­compensa vino del otro lado del conti­nente africano. El presidente de la com­pañía se enorgullecía del prestigio de su equipo asesor (Mulroney-Bush), que fue fundamental para obtener uno de los más grandes yacimientos de oroen Bulyanhulu, Tanzania. Barrick, de acuerdo a su presidente, tenían ansias por esa concesión -estimada en tres mil millones de dólares- desde 1990, cuando estableció contacto con altos ejecutivos de Sutton Resources, otra empresa canadiense que tenía derechos de excavación otorgados por el go­bierno. Enriquecido por su inversión en Nevada, Barrick podía eventualmente comprar Sutton. Pero en 1996 hubo un problema para esa compra: miles de pe­quefíos pirquineros africanos tenían dere­chos legales sobre sus pequeños pirque­nes. Si ellos se quedaban, la concesión no valía nada.

En agosto de 1996, los bulldozers de Sutton, con el apoyo de la policía militar tanzana rodaron por el yacimiento aplas­tando casas, equipos de minería y llenan­do los pirquenes de tierra. Varios miles de mineros y sus familias fueron desaloja­dos. Pero no todos ellos. Cerca de cincuenta aún estaban en los pirquenes, ente­rrados vivos.

'Enterrados vivos', no está en el discur­so de Bush ni en el sitio web de Barrick. Eso es algo que se esperaría, pero tampoco hay información en los diarios norteame­ricanos. Existen dos explicaciones posibles para este silencio. La primera, es que el hecho nunca ocurrió y que el cuento de los enterrados vivos es una completa in­vención de avariciosos y mentirosos negros africanos tratando de destruir Sutton Resources (subsidiaria de Barrick desde 1999). Eso es lo que Barrick dijo después de haber conducido su propia investiga­ción, basada en investigaciones locales y nacionales realizadas por el gobierno de Tanzania. Esta visión de la empresa fue acogida por el Banco Mundial para entre­garle el crédito más grande de su historia.

La otra explicación para ese silencio es que Barrick amenazó y se querelló contra periódicos y grupos de derechos humanos que osaron balbucear siquiera estas acusa­ciones, incluyendo los propios desmenti­dos de Barrick. Se querellaron contra los periódicos Observer y Guardían. Barrick incluso envió una carta al respetado abo­gado de derechos humanos Tunda Lissu, miembro del World Resources Center de Washington, delineando la querella con­tra el Observer y advirtiéndole que daría todos los pasos necesarios para proteger su reputación, si ese instituto repite cual­quiera de esas acusaciones'. La amenaza de Barrick era la preocupación menor pa­ra Lissu. Por proveer, de evidencias, fotos del cadáver de un hombre acribillado a balazos durante el desalojo de la mina, obtener declaraciones notariales de testigos, incluso videos de la policía mostran­do trabajadores que buscaban cuerpos en los pirquenes, y porque el propio Lissu exigía una investigación, su socio en el estudio de abogados en Dar es Salaam fue arrestado y Lissu acusado por el gobierno de Tanzania de 'sedición"'.

(Traducción: Miguel Moreno) (*) El directorio de Barrick Gold Co. también incluye al magnate chileno Andrónico Lucksic, uno de los financistas de la Concertación, y al millonario venezolano Gustavo Cisneros, hasta hace poco dueño de Chilevisión (N. de PF)

Ver también:

  • Greg Palast habla con La Nación Domingo
  • Papá Bush: el Honorable Asesor de la Barrick (www.laseptimadigital.com.ar: 09/04/05)
  • La macabra Barrick de Bush Javier Rodríguez Pardo (rebelion.org: 10-02-2005)