Boletín # 1 (junio del 2000) - Indice

 

EDITORIAL

La minería chilena sigue siendo considerada "pilar" de la economía nacional. Ello ha quedado ampliamente demostrado en las señales que las autoridades dan, tanto al país como al mundo y que refleja el respeto que Chile guarda a las inversiones y actividades mineras y a sus empresas.

Frente a esta realidad creemos necesario reflexionar sobre las diferentes voces que cuestionan la actividad minera desde diversas áreas.

Desde la perspectiva económica, tomando en cuenta lo que la minería del cobre aporta al país, Orlando Caputo -del Centro de Estudios, CETES- ha manifestado que la sobreproducción que ha generado Chile ubicándose como el primer productor de cobre mundial, con el 35% de participación en el mercado, ha implicado una baja en los precios del metal y por tanto un menor ingreso para el Estado chileno. Si a ello sumamos que la sobreoferta ha ido acompañada de un proceso de crecimiento de los capitales extranjeros en el rubro, el desmedro para nuestro país es aún mayor. De participar Codelco en más del 60% de la producción de cobre del país hace poco mas de diez años, actualmente no llega a participar del 37%. El 63% restante esta en manos de multinacionales.

Si estas últimas empresas tributaran igual que Codelco, se justificaría tal vez un aumento de la producción en manos privadas, pero la figura legal que adoptan las compañías extranjeras permiten que hayan casos en que ni un centavo arribe a las arcas fiscales por concepto de impuesto a la renta. Si a ello sumamos el aporte del 10% de las ventas de Codelco a las fuerzas armadas, estipulado en las así llamadas "leyes secretas",

el aporte real a la solución de los problemas más urgentes de la sociedad chilena disminuye aún más.

Desde la perspectiva del trabajo, también podemos ser críticos, ya que la minería cada vez más tecnificada y eficiente ocupa mucha menos mano de obra que otras actividades. Además, hay que mencionar que una parte importante del trabajo es surtido por contratistas que bien es de conocimiento público, ofrecen pocas garantías y protección a sus trabajadores.

Desde el punto de vista ambiental los cuestionamientos a las actividades mineras son también muchos. Inseguridad en tranques de relave, procesos de lixiviación por ácido sulfúrico y cianuro, accidentes y derrames de sustancias peligrosas, ruptura de mineroductos, deshidratación de concentrado, construcción y operación de plantas termoeléctricas, generación de sustancias peligrosas tales como PCB, acopio de minerales y desechos, corresponde a un discreto listado de problemas ambientales generados por la actividad minera en Chile y en el mundo. Si a ello sumamos la incapacidad y falta de voluntad política de nuestras autoridades para fiscalizar la normativa vigente estamos frente a un panorama desalentador.

Por ello es que se hace cada vez mas urgente que la sociedad civil tome cartas en el asunto. desde sus organizaciones ciudadanas, juntas de vecinos, ambientales, culturales, etc. debemos incrementar nuestras capacidades para poner limites a la minería allí donde esta signifique riesgos para la salud, el medio ambiente o la seguridad de las personas.

Este es un llamado a la acción y coordinación esperando construir en lo sucesivo una fuerza que pueda hacer frente a los riesgos que encierra la actividad minera en nuestro país.