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Fuente: argenpress.info 14 de Diciembre de 2006

Informe de situación
Noticias del ambiente: Gualeguaychú multiplicado

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Por: LAVACA

La marcha a Plaza de Mayo resultó una clase práctica sobre múltiples experiencias en defensa del medio ambiente de todo el país, que mostraron mucho de lo que tienen en común: la forma de organización asamblearia, la horizontalidad, la decisión de muchas comunidades de frenar proyectos empresarios que no cuentan con aprobación social, la desconfianza hacia las instituciones y el periodismo. Comparsas, un documento revelador, y nuevas formas de entender la política.

La escena era extraña. Un señor sacudía un esqueleto, que llevaba un cartel: “Salven a argentinos y uruguayos”. Firmado: “Las ballenas”. Sobre el escenario, había un locutor y una locutora junto a una estatua viviente celeste y blanca llamada Marcela (que representaba al río Uruguay), y un muñeco llevado desde Vicente López vestido de traje negro con la leyenda: “TV: Sí a la contaminación”, mientras los camarógrafos de la TV ejercían una especie tortícolis óptica para evitar mostrarlo. Marcela, de vez en cuando, movía un dedo sin transpirar bajo los 34º de calor.

En la Plaza de Mayo, miles de personas pertenecientes a asambleas (forma de organización cuya muerte ha sido reiteradamente anunciada después de la explosión del 2001 y 2002) movilizaban algo más que el dedo.

“Para que no se siga enfermando nuestra gente, para que tengamos un desarrollo que no signifique el compromiso de nuestra vida. ¡Buenas tardes asamblea de los argentinos!” Así habló el locutor del acto, y el griterío que le respondió fue un trueno. Había 2.500 asambleístas llegados desde Gualeguaychú, Entre Ríos, en micros y autos, e infinidad de pequeños grupos -mapa inquietante de la Argentina contaminada- que se acercaron a hacer oír su reclamo y su adhesión. Los empleados de las empresas periodísticas calculaban cuánta gente había: ¿7.000? ¿10.000? ¿8.347, contando a aquel heladero? Tales aritméticas acaso no sean útiles para entender la diversidad de la marcha, y lo que expresan las personas: temas de multiplicación y de multiplicidad.

Además de la Asamblea de Gualeguaychú estaban, por citar algunos de una infinidad de grupos: Unión de Asambleas Ciudadanas, Red Nacional de Acción Ecologista, Asociación de Vecinos de La Boca, Asamblea Permanente de los Espacios Verdes Urbanos, Asamblea de Autoconvocados de Calingasta (San Juan), Asamblea de Concepción del Uruguay, Asamblea de la ruta 135 (de Colón), Asambleas de Chubut, Autoconvocados Famatina (La Rioja), Vecinos Autoconvocados de González Catán, Asamblea de San Telmo, asambleas de Santa Fe, de Esquel, de Santa Cruz, de defensa del Río de la Plata, del Delta, de los lagos de Palermo, foros de vecinos contra la contaminación en múltiples localidades afectadas por el CEAMSE, foros de toda la zona mesopotámica (y por eso hasta los acordes del Himno en algún momento se hicieron con armónica y ritmo de chamamé).

Defensa perpleja del capital privado

Había una chimenea de 12 metros de altura con la leyenda “No a las papeleras” compitiendo con la Pirámide de Mayo. Había entrerrianas y entrerrianos jóvenes con sus trajes de luces de carnaval y una sensualidad que los fantasmas de la City cruzaban a mirar de cerca. Había disfrazados de contaminados con barbijos. Había reposeras traídas desde el mayor piquete de la historia, familias con sus chicos, había mates, banderas, pancartas, y un inodoro gigante denunciando lo que ocurre en el Río de la Plata (metáforas y asociaciones libres con determinadas zonas de la actualidad, quedan a cargo de quien lee).

Conviene recordar que en la ruta 136, kilómetro 28 de Gualeguaychú, una creación de la comunidad, la Asamblea Ciudadana Ambiental, viene ejerciendo formas de democracia directa para reclamar contra la instalación de fábricas de pasta de celulosa en Fray Bentos, en la orilla oriental del Río Uruguay, provocando un conflicto internacional y poniendo en tela de juicio a la vez el modelo de desarrollo económico de la región y los modos de intervención en la vida pública (aquello que según el diccionario era la política).

La enorme chimenea de plástico era una referencia obvia a la de la empresa finlandesa Botnia, instalada en Fray Bentos (Uruguay) que en realidad mide 120 metros, el doble del Obelisco porteño: más que una chimenea parece una confesión sobre el grado de polución que puede llegar a provocar, cosa que obviamente niegan la empresa y su prestamista, el Banco Mundial.

Las comparsas hacían batucada, y la gente se acomodaba de pie, o en reposeras, alrededor del palco. Algunos carteles: “El Famatina no se toca”. “Fuera Botnia”. “Sí a la vida”. “Vecinos de González Catán: Ceamse asesino”. “Andalgalá: sí a la vida”. “Asamblea Delta y Río de la Plata”. “Colón: La vida es un reto. Afrontalo”. “La soja es extinción”. “Gualeguaychú no va a aflojar”. “Rosario, cordón industrial. Basta de depredación laboral y ambiental”. “Fuera de Ensenada, Ceamse nunca más”. “Si Botnia nace, Gualeguaychú muere”.

Las adhesiones fueron sumamente variadas, desde el Movimiento Cromañón (otra experiencia asamblearia) hasta otras políticas como el Polo Obrero, la Corriente Clasita y Combativa, la CTA, algunos diputados, etc. Gustavo Rivollier, coordinador de la Asamblea, bajo un gorrito tipo Piluso, de valor crucial bajo ese sol, dijo a lavaca: “Vinieron a apoyarnos algunos partidos y organizaciones y les dijimos: guarda loco, no queremos banderías políticas acá. Dijeron: nos sabemos ubicar, vamos a acompañar”. Esto quiere decir no interferir el acto o intentar hegemonizarlo. “Por ahí se empiezan a ver mezquindades, pero esto le dio impulso a la marcha” insinúa Rivollier levemente resignado, “hay que seguir adelante”. Cuenta que el viaje desde Gualeguaychú (24 micros, 20 combis, caravana de autos) fue muy ameno, con todos los vecinos conversando sobre la invasión a la capital.

Sobre el conflicto: “Algunos incentivan un nacionalismo, también del lado uruguayo. No hay asamblea en la que no tratemos de bajar eso. Los uruguayos van a terminar siendo las primeras víctimas. ¿Sabés cuál es la diferencia? Ellos todavía confían en sus autoridades”.

¿Por ejemplo? “Te dicen que Botnia no va a contaminar, porque lo dijo el presidente uruguayo. Le creen. Eso nosotros no lo tenemos. Acá se exige que cada uno demuestre lo que dice. No nos conformamos con la verdad revelada de los políticos”.

¿Cómo está la Asamblea, en estos casi 25 días de nuevo corte? “No te digo que es fácil, pero hoy son pocos los que juegan a la hora de levantar el corte de ruta. Todos se dan cuenta de que Gualeguaychú se está quedando sola, con pocas herramientas que no sean el corte. Pero van a tener que venir con mucho más que frases para que se levante. Porque hubo muchos meses sin corte, y no pasó nada. ¿Por qué vamos a levantarlo ahora?

Rivollier reconoce cierto cansancio: “Estamos cansados de los cuentos. Hasta los sectores más negociadores de la Asamblea están así. No vemos otro camino”.

Debajo de unos árboles estaba Raúl Sobredo con su bebé. Raúl jamás marcharía con varios de los partidos de izquierda que cundían por la Plaza: “Yo me manifiesto a favor del capital privado, la iniciativa privada, que es lo que ha sacado a los pueblos y a las economías regionales adelante. Pero acá hay una injusticia muy grande. Esta invasión no es contra pesos o ganancias, es contra nuestra vida. Acá nos están deteriorando y avasallando”. Tal vez las ideas sobre el capital privado ya no son lo que eran. Raúl está perplejo: “Esto es un malentendido, con su bebé de ojos de mar en brazos: “¿Qué somos, el basurero de ellos? Todo va en contra. Nos van a dejar como una naranja pasada por el exprimidor”. Se dedica a la cría de ganado. Pese a que los países primermundistas aseguran que las pasteras no contaminan, no comprarán producto alguno que provenga de 100 kilómetros a la redonda de Botnia (otra confesión de parte). Raúl dice: “Los que estamos alrededor, quedamos fuera del mundo”, frase que permite repensar hasta dónde llega la idea de exclusión en la actualidad.

Moviendo el esqueleto

Sobre el escenario la estatua viviente seguía quieta. En Rivadavia, Eladio sacudía con un palo ante los automovilistas el esqueleto con la leyenda firmada por Las Ballenas. “Algunos me hacen así con el dedo (el pulgar hacia arriba) y otros me parece que me insultan pero no los escucho porque llevan la ventanilla levantada” dice riéndose ante la sospecha de que los insultos así pronunciados sólo contaminan a quienes los profieren. Eladio quiso cruzar la valla para acercarse a la Casa Rosada, pero la Policía Federal lo impidió custodiando la seguridad gubernamental ante la cercanía de tal esqueleto crítico.

Gualeguaychú había traído una camioneta con botellas de agua fresca que la gente se tiraba en la cabeza. Las reposeras iban debajo de los árboles. Miriam, Viky, Diana, Angela y Marina parecían felices con sus banderas y el resultado de la marcha.

Los locutores leyeron entonces el documento donde entre muchas otras cosas se denuncia “la desidia gubernamental, la laxitud de las leyes, y su cumplimiento, la búsqueda ambiciosa de réditos políticos y económicos, la corrupción, causas fundamentales por las que todos los días perecen muchos ciudadanos en el país”, se plantea que la sociedad está ante un genocidio ambiental y se propone auditorías de trabajadores y organizaciones sociales, y se reclama un uso de meneado superávit fiscal para atacar esos problemas, en lugar de pagar intereses de la deuda externa.

Los documentos suelen ser aburridos. Este no es el caso, y tal vez resulte interesante conservarlo para recordar en qué consiste esta época.

La mano de obra y el basurero

“La instalación de las pasteras en el Río Uruguay ha puesto de manifiesto una vez más la depredación de nuestro medio ambiente por manos de monopolios extranjeros, y sus socios nativos. Esos intereses ya no solo pretenden la mano de obra barata de países dependientes como Argentina y Uruguay, sino que también nos quieren usar como basurero para una producción que no está permitida en sus propios países.

La pastera que construye Botnia, de capitales finandeses, aprovechando la falta de trabajo de los hermanos uruguayos, puso en evidencia el acuerdo entre los capitales predadores y los gobiernos de turno, así como su doble discurso.

Se viola sistemáticamente el Tratado del Río Uruguay, río cuya soberanía es compartida, y se destruye en forma compulsiva un modelo social y productivo instalado en la región. Eso y otros problemas ambientales llevan años afectándonos, pero han cobrado vigencia a partir de la lucha del pueblo entrerriano:

- Las explotaciones mineras contaminantes, en particular las de a cielo abierto, están destruyendo el paisaje, los glaciares y un modo de vida sustentable, secando las escasas reservas de agua dulce y contaminando con cianuro.

- El salvaje proceso de expansión de las fronteras agropecuarias, para atender los mercados externos fundamentalmente con la soja, destruyendo e incendiando montes y bosques nativos, elimina economías regionales y avanza sobre tierras no aptas para la agricultura expulsando a millones de pequeños productores y trabajadores del campo que terminan engrosando las villas miserias de las grandes ciudades.

- El problema del sobrepastoreo y la consiguiente erosión del suelo.

- La siembra intensiva y extensiva de especies exóticas.

- La pérdida de cinturones verdes hortícolas, proveedores de alimentos frescos,

- La fumigación de pesticidas sobre cultivos y plantaciones,

- La apropiación de fuentes de agua, la extranjerización del territorio, el saqueo de nuestros hidrocarbros, el proyecto latente de establecimiento de un basurero nuclear por parte de potencias extranjeras y la persecución y el despojo a los pueblos originarios, son otros ejemplos de esta grave situación.

- Las pesquerías continentales y marítimas en proceso de agotamiento por sobreexplotación a favor de empresas extranjeras.

- La existencia de pasteras contaminantes.

- La contaminación del aire y del agua y el suelo se acentuó en los parques industriales afectando a las poblaciones circundantes.

- Los polos petroquímicos de Bahía Blanca, La Plata, Buenos Aires, Gran Buenos Aires, Santa Fe, el paradigmático caso de Dock sud y la Villa Inflamable. La contaminación del Reconquista y el Luján. La depredación y contaminación del Delta. La cuenca del Matanza-Riachuelo a las puertas de la capital nacional, con un impacto directo sobre millones de argentinos”.

Genocidio ambiental vs. auditorías sociales

“Todo esto es una muestra más del genocidio ambiental. Muchas de estas prácticas están amparadas en el secreto de los procesos industriales y extractivos, y el rechazo por parte de las empresas y el gobierno a la formación de auditorías independientes a cargo de los trabajadores y organizaciones ambientalistas y sociales.

En un país con el 85% de la población residiendo en áreas urbanas, resulta lógico que muchas de las problemáticas estén asociadas a las ciudades, como el inadecuado manejo de los residuos cuyo caso más resonante es el CEAMSE, y los rellenos sanitarios, la falta de acceso al agua potable, y cloacas sin sistemas de tratamiento.

La proliferación de las antenas de telefonía celular, y la edificación indiscriminada sin evaluación de impacto ambiental. La escasez de espacios verdes urbanos. La contaminación del aire por el tránsito automotor y la elevación de las napas freáticas en partidos del Gran Buenos Airesl Los transformadores con PCV, los ruidos, la coexistencia con industrias contaminantes, las inadecuadas condiciones de seguridad e higiene laboral a las que son sometidos los trabajadores.

Esto por nombrar solo los temas que han tenido más repercusión pública, aunque no son los únicos. Problemas que afectan a toda la población pero especialmente a los sectores más vulnerables por su condición socioeconómica, llevando a graves condiciones de hacinamiento y saludo sobre todo a los niños de barrios humildes en los que se potencia el efecto por condiciones de desnutrición y falta de condiciones de vida digna”.

¿Qué se hace con el superávit?

“Por ejemplo, ¿cuánto dinero del superávit fiscal destina el gobierno para el tendido de agua potable y cloacas que alivien la situación de los barrios afectados?

¿Cuánto al saneamiento de la cuenca Matanza- Riachuelo que constituye una gran cloaca abierta que contamina ahora y desde años? ¿Se destina más dinero que lo presupuestado para el 2007 en concepto de pago de intereses deuda externa?

¿Por qué no se implementa el exigido sistema de licencia social, o consulta popular previa?

La decidida movilización, y luchas de pueblos como los de Gualeguaychý, Esquel y otros, muestran un camino para todo el pueblo argentino.

Hoy 12 de diciembre, fecha que será histórica, la recordaremos como la primera gran marcha ambiental a Plaza de Mayo en repudio de la desidia gubernamental, la laxitud de las leyes, y su cumplimiento, la búsqueda ambiciosa de réditos políticos y económicos, la corrupción, causas fundamentales por las que todos los días perecen muchos ciudadanos en el país. Hoy plantamos una bandera de dignidad para el presente y para generaciones futuras. No nos arrodillamos.

Estamos dispuestos a defender con la lucha nuestros recursos naturales y el derecho a una vida digna para todos. Multipliquemos el camino multisectorial y nuestra forma de lucha para hacernos escuchar. Unámonos por nuestros derechos.

Es el camino que nos trajo a esta plaza histórica junto a numerosos sectores, para gritar bien fuerte. Basta de contaminación y saqueo ambiental. Declaración de emergencia ambiental nacional y regional. Exigimos al gobierno medidas concretas, ya, en cumplimiento de compromisos firmados por el Presidente y todos los gobernadores en el mes de mayo en Gualeguaychú, comprometiéndose a la defensa del medioambiente, y la no contaminación, asumiendo los problemas ambientales como causa nacional.

Sí a la vida digna y saludable para todos.

No a la contaminación”.

Juntando botellas

Antes de dejar la plaza la gente levantó todas las botellas y papeles caídos. Plaza de Mayo quedó más limpia que como la habían encontrado. En el escenario la estatua viviente fue reemplazada por un conjunto chamamecero. Bajo unos árboles estaba Fabiana Moya Fernández, de Famatina, La Rioja. Otra historia para conocer, narrada a lavaca: “Famatina es el único cerro que nos proporciona agua al pueblo y a otros departamentos. La minera Barrick Gold Corporation es una empresa canadiense, la más importante del mundo..

Es la que está haciendo explotaciones en San Juan. Agua rica es el doble o triple de Bajo la Alumbrera”. Fabiana cuenta que en mayo se creó Autoconvocados Famatina cuando vieron las camionetas de la minera comenzando la exploración en el cerro. “La van a hacer a cielo abierto, dinamitan las montañas y las lavan con cianuro. Eso contamina todo. El gobernador Angel Mazza y el presidente Kirchner apoyan este tipo de minería, entonces nosotros tenemos que hacer algo para impedirlo. Porque nuestra vida está en riesgo”

Famatina tiene 6.000 habitantes, “la asamblea tiene todo el apoyo de la población, es horizontal, nadie la dirige. Nos dirigimos nosotros mismos”.

Miguel Soto, de Trelew, Chubut, interviene al escuchar a Fabiana. “Si no hacés asamblea, te copan”. ¿Quiénes? “Estos” dice señalando hacia la Casa Rosada. Luego Miguel cuenta que en Chubut además del tema de Esquel, toda la provincia está con situaciones conflictivas, desde las plantas de aluminio en Puerto Madryn, hasta otro tipo de problema: la extranjerización de las tierras vendidas a millonarios norteamericanos, corriendo del mapa a los pueblos originarios.

Un poco más lejos el inodoro gigante, del cual sale una canilla, era la intervención del Foro en defensa de Río de la Plata y su ecosistema. Ernesto Salgado explicó a lavaca que el principal reclamo del Foro (también autoconvocado, también horizontal) es la instalación de una planta de tratamiento de residuos cloacales en la zona de Beratategui, donde desaguan 2 millones de metros cúbicos diarios de aguas cloacales sin tratar. También promueven la eliminación del polo de Dock Sud y un saneamiento “en serio” del Riachuelo. ¿Es una causa perdida? “No, porque las cosas se pueden hacer”. Ernesto agrega que las asambleas no corren el riesgo de ser cooptadas por los partidos políticos. “Para eso tendrían que venir a trabajar, y eso no lo hace nadie. Además, somos todos grandes, y no queremos que vengan a dirigirnos”.

En el escenario había música de chamamé, y gente bailando con una gracia totalmente ajena al cemento de la Plaza. El aire fresco siempre sopla de otro lado. Un poco más allá había un grupo de jóvenes del Gran Buenos Aires decididos a la resistencia, desarrollando actividades que en la prehistoria, en sepia, fueron consideradas terriblemente subversivas. Para combatir el calor se metieron en una de las fuentes de Plaza de Mayo. Allí hacían lo siguiente: se mojaban, jugaban, se reían, y se lavaban los pies. Luego emprendieron el regreso.