Fuente: www.guayubira.org.uy: 02/06/05

Comunicado 2 de junio de 2005
Grupo Guayubira visita plantas de celulosa en Argentina
La oposición desatada en Argentina por la posible instalación de fábricas de celulosa en Fray Bentos ha dado lugar a respuestas uruguayas sobre la contaminación del río Paraná   Mas información:
Otra Planta de celulosa de Angelini también contamina en Argentina (02/06/05)
Contaminacion ambiental en Misiones Por Ramón A. Beron (22/04/05)
por parte de empresas de ese tipo instaladas en territorio argentino. Si no fuera porque con eso se quiere descalificar la legítima preocupación de los argentinos de Entre Ríos (provincia en la que no existe ni una fábrica de celulosa), diríamos que era hora de que nuestro gobierno dijera algo al respecto. Llama sin embargo la atención que en todos estos años nunca se mencionó el tema por parte de los sucesivos gobiernos uruguayos y que recién ahora –cuando crece la oposición a las fábricas en Fray Bentos- esto se convierta en un motivo de preocupación. Es más, nada se dijo ni se dice sobre la contaminación provocada desde hace décadas por las papeleras FANAPEL en Juan Lacaze y Pamer en Mercedes. Tampoco se aclara que las ciertamente contaminantes fábricas de la empresa Celulosa Argentina en el río Paraná son propiedad de la muy uruguaya FANAPEL.

Como uruguayos, tenemos todo el derecho de exigir a la Argentina que impida la contaminación por efluentes industriales que desembocan en nuestros cursos de agua por el río Paraná; pero debemos reconocer que los argentinos tienen el mismo derecho a exigir que empresas instaladas en territorio uruguayo no contaminen el aire y el agua compartidos por ambos países.

En el contexto de ese debate, hace pocos días, un representante de Guayubira fue invitado a la provincia argentina de Misiones donde pudo evaluar los impactos de la producción de celulosa en esa provincia. Lo que sigue es un breve resumen de lo observado.

Misiones cuenta con tres fábricas de celulosa: Papel Misionero (en la zona de Mineral), Celulosa Puerto Piray (ubicada en la localidad del mismo nombre) y Alto Paraná (en Puerto Esperanza). Las dos primeras son plantas vetustas que hace décadas vienen contaminando al ambiente y a la gente y cuyo destino lógico es que sean cerradas lo antes posible. Celulosa Puerto Piray fue incluso clausurada recientemente por el Ministerio de Ecología y forzada a introducir reformas inmediatas a su sistema de tratamiento de efluentes.

Sin embargo, la fábrica que más interesaba observar era Alto Paraná, ya que se trata de una planta moderna y similar a las que se pretende instalar en Uruguay. Su propietario es la empresa chilena Celulosa Arauco y Constitución S.A. (CELCO), la misma que “con tecnología finlandesa de última generación” ha contaminado recientemente la región de Valdivia en Chile, determinando su clausura por el gobierno. La fábrica en Misiones –al igual que la de Valdivia- utiliza el sistema de blanqueo con dióxido de cloro (llamado sistema ECF), que también sería el utilizado por Ence y Botnia en Uruguay y que éstas afirman no ser contaminante.

El representante de Guayubira, junto a integrantes de organizaciones ambientalistas misioneras, intentó visitar la planta de Alto Paraná, pero no se les autorizó el ingreso. Ni siquiera se les permitió tomar fotos. Pero no se les pudo impedir que hablaran con la gente del cercano pueblo de Puerto Esperanza, ni que un trabajador local los llevara a una zona aledaña a la planta, desde donde se pudieron tomar fotos y observar el lamentable estado del río, donde los peces han desaparecido, las aves brillan por su ausencia y el aire huele a huevo podrido.

Hablando en voz baja, la gente de Puerto Esperanza contó que los fuertes dolores de cabeza, las alergias y las enfermedades respiratorias son algo muy común en el pueblo, ubicado a unos pocos kilómetros de la fábrica. Se nos aclaró que nadie quiere decir nada de esto en público, debido al poder económico que la empresa detenta en el pueblo. Contaron que hay días (y en particular noches) en que no se puede ni respirar y el olor se vuelve insoportable. Se nos dijo que dos familias del pueblo cercano de Wanda (donde residen muchos trabajadores) iniciaron una denuncia judicial contra la empresa por niños nacidos con malformaciones atribuidas a la contaminación de la fábrica. La gente también culpa a la contaminación de la fábrica por los numerosos casos de cáncer que ocurren entre la población local.

Tanto esos impactos, como los asociados a las enormes plantaciones de monocultivos de árboles para abastecer a la planta deberían servirnos de ejemplo sobre lo que podría implicar la instalación de dos plantas en Fray Bentos. Más aún, hay que tener en cuenta que Alto Paraná produce 300.000 toneladas de celulosa al año, en tanto que la española Ence planea producir 500.000 y la finlandesa Botnia 1.000.000 de toneladas al año, es decir, 5 veces más que en Misiones. Demás está decir que los impactos también se multiplicarían por cinco.

Sin embargo, esta empresa se presenta (en su propia página web) como “una Empresa que depende de un medioambiente saludable para su futuro crecimiento, por lo tanto reconoce la importancia de desarrollar su negocio de manera que al mismo tiempo considere las realidades del mercado, e implemente las medidas necesarias para proteger el medio ambiente, ejemplificando así los principios del desarrollo sustentable. En consecuencia, la Empresa ha llevado adelante una política ambiental que incorpora estos valores fundamentales y que se ve reflejada en todas sus operaciones”. Eso es lo que dicen. Lástima que esos “valores fundamentales” no se reflejen en la realidad de Misiones o de Valdivia.

Sería bueno que el nuevo gobierno dejara de creer en las promesas de las empresas interesadas e hiciera lo que Guayubira acaba de hacer: ir a la zona y contrastar las promesas con la dura realidad.